En esencia, los contratos de futuros y los Contratos a plazo son acuerdos que permiten a los traders, inversores y productores de mercancías realizar transacciones especulativas sobre los precios de los activos en el futuro. Estos contratos funcionan como promesas entre ambas partes y permiten negociar productos financieros específicos en una fecha futura (fecha de vencimiento) al precio acordado en el momento de la firma del contrato.
Los productos financieros que sirven de base para los contratos de futuros o Contratos a plazo pueden ser acciones, merchandising, divisas, pagos de intereses e incluso bonos, entre otros activos.
Sin embargo, a diferencia de los Contratos a plazo, los contratos de futuros están estandarizados en términos de contrato (como un acuerdo legal) y se negocian en un lugar específico (plataforma de negociación de contratos de futuros). Por lo tanto, los contratos de futuros tienen un conjunto de tamaños de contrato y tasas de interés diarias, entre otros.