A finales de 2024, la cuenta se redujo bastante rápido. Durante varias noches no pude dormir bien, mi mente estaba llena de análisis y auto-cuestionamientos.

Por suerte, varios veteranos me echaron una mano y me dieron algunos consejos que tocaron directamente mis puntos débiles:

El primero es sobre el inglés. Dijeron claramente—el inglés, realmente puede marcar la diferencia entre las personas. Dominarlo no solo es una ventaja para acceder a la información, sino también un requisito imprescindible para avanzar en el ecosistema Web3.

El segundo fue aún más directo. Dijeron que mi problema era que mi enfoque era demasiado amplio. En lugar de ser un creador de contenido generalista, sería mejor profundizar en un proyecto o ecosistema específico. Incluso podría considerar colaborar estrechamente con una agencia profesional. Esto no solo aumentaría mi nivel de especialización, sino que también me permitiría construir influencia en un campo concreto.

Estos consejos se convirtieron posteriormente en la clave para ajustar mi rumbo.