La próxima década marca un punto de inflexión crítico: las economías avanzadas enfrentan olas de jubilación masivas simultáneas que desafían fundamentalmente los modelos económicos existentes. A medida que la demografía cambia drásticamente, el marco económico de posguerra, basado en la expansión continua de la fuerza laboral y el crecimiento del consumo, alcanza límites estructurales. Cuando las poblaciones jubiladas aumentan mientras las cohortes en edad de trabajar disminuyen, los mecanismos fiscales tradicionales se ven tensionados por las obligaciones de pensiones y los costos de atención médica. Esta crisis demográfica no solo afecta a las naciones individuales, sino que se propaga a través de los mercados globales, remodelando la demanda de activos, los flujos de capital y la dinámica de la inflación. El modelo económico actual, basado en una expansión perpetua, choca con la realidad demográfica. Entender esta transición es esencial para quienes siguen las tendencias del mercado a largo plazo y los ciclos financieros.