El gigante tecnológico Microsoft realizó recientemente un experimento audaz: les entregaron a agentes de IA dinero virtual y los dejaron sueltos en internet para realizar compras. ¿La misión? Ver qué tan autónomos podían ser estos asistentes digitales.
¿La sorpresa? Cada dólar fue gastado en estafas. Los agentes de IA, supuestamente lo suficientemente inteligentes como para navegar por las compras en línea, cayeron en todas las trampas: esquemas de phishing, ofertas falsas, sitios web fraudulentos. Cero compras legítimas exitosas. Esta prueba revela una realidad dura: si la IA no puede distinguir una estafa de una compra legítima al manejar activos virtuales, todavía tenemos mucho trabajo por delante antes de confiarles dinero real o billeteras de criptomonedas.
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El gigante tecnológico Microsoft realizó recientemente un experimento audaz: les entregaron a agentes de IA dinero virtual y los dejaron sueltos en internet para realizar compras. ¿La misión? Ver qué tan autónomos podían ser estos asistentes digitales.
¿La sorpresa? Cada dólar fue gastado en estafas. Los agentes de IA, supuestamente lo suficientemente inteligentes como para navegar por las compras en línea, cayeron en todas las trampas: esquemas de phishing, ofertas falsas, sitios web fraudulentos. Cero compras legítimas exitosas. Esta prueba revela una realidad dura: si la IA no puede distinguir una estafa de una compra legítima al manejar activos virtuales, todavía tenemos mucho trabajo por delante antes de confiarles dinero real o billeteras de criptomonedas.