El espacio de la privacidad en criptomonedas acaba de recibir otro golpe. Keonne Rodriguez, una de las mentes detrás de Samourai Wallet, fue condenado a la máxima pena: 5 años en prisión, por dirigir una operación de transmisión de dinero no autorizada. Los fiscales federales no se contuvieron, alegando que el servicio de mezclado de la billetera se utilizó para lavar más de $237 millones vinculados al tráfico de narcóticos. Este caso marca otra ofensiva contra las herramientas de privacidad en criptomonedas, planteando dudas sobre hasta dónde llegan los reguladores entre la libertad financiera y las actividades ilícitas. El veredicto envía un mensaje escalofriante a los desarrolladores que trabajan en proyectos enfocados en el anonimato.