El Shakespeare que nunca conocí

¡Hola, mis amigos! Hoy quiero compartir con vosotros un poco de la vida de aquel que muchos consideran el mayor dramaturgo de todos los tiempos - William Shakespeare. ¡Pero no os contaré la misma historia aburrida que todos ya conocen!

Nuestro Shakespeare nació en Stratford-upon-Avon, en algún momento de abril de 1564. Dicen que fue el día 23, pero nadie tiene certeza absoluta - ¡hasta parece que el hombre ya comenzó la vida creando misterio! Hijo de John, un fabricante de guantes que se involucraba en la política local (probablemente para hacer negocios con amigos, como hacen todos), y Mary Arden, una chica rica que debió haber tenido un mejor matrimonio.

El chico estudió en la King's New School, donde le llenaron la cabeza con todas esas historias latinas que luego plagiaron descaradamente en sus obras. ¡Pero bueno, al menos les dio un toque especial!

A los 18 años, nuestro William se metió en un gran lío: ¡se casó con Anne Hathaway, una mujer ocho años mayor! Ya en ese entonces debieron de hablar a sus espaldas. Y no pasó mucho tiempo antes de tener una hija, Susanna... ¡hagan las cuentas! Luego vinieron los gemelos Hamnet y Judith.

¡Pero el chico era inteligente! Alrededor de 1590, se fue a Londres y dejó a la familia atrás. ¡Típico! Fue "seguir el sueño" mientras su mujer se quedaba cuidando a los niños. En Londres, comenzó como actor (probablemente mediocre) y luego como dramaturgo (en eso ya fue mejor).

¡Se escapó bien, el sinvergüenza! Se convirtió en socio de la compañía Lord Chamberlain's Men ( más tarde King's Men ) y del Teatro Globe. El hombre escribió 39 obras, 154 sonetos y algunos poemas largos. ¡No es que no haya trabajado! Entre Hamlet, Otelo y Macbeth, nuestro Will creó personajes que aún hoy nos hacen pensar ( y dormir, cuando son mal interpretados en las escuelas ).

La verdad es que Shakespeare tenía una inclinación por robar historias antiguas y darles un toque personal - ¡hoy sería demandado por violación de derechos de autor! Pero tenemos que admitir que el hombre tenía talento con las palabras. Muchas expresiones que usamos hoy fueron inventadas por él, lo cual es bastante genial.

William falleció el 23 de abril de 1616, a los 52 años. ¡Probablemente por una resaca gigante en su cumpleaños! Fue enterrado en la Iglesia de la Santísima Trinidad en Stratford, y aún hoy, más de 400 años después, seguimos estudiando sus obras y fingiendo que entendemos todo lo que escribió.

Y aquí estamos, siglos después, ¡siguiendo hablando de este tipo! Quizás era realmente bueno, ¿qué opinan?