El 7 de noviembre del año pasado, un colega vino a desahogarse conmigo: le habían dado una lección en Pippin y perdió directamente 80 dólares.

Me preguntó si podía ayudarle a recuperar lo perdido.

Me reí en ese momento: si te atreves a preguntar, entonces sígueme de cerca.

Le dije que pusiera una orden larga en 0,035, que no se precipitara y tuviera paciencia conmigo durante dos horas y media. Cuando $pippin subió a 0,036, grité "¡fuera!"—377 dólares entraron firmes en la cuenta.

Su expresión, casi salta de la emoción ahí mismo.

Pero eso no fue todo.

El 30 de noviembre, sentí que se acercaba el momento de los memes coins.

Le hice volver a entrar en Pippin, desde 0,11 hasta 0,21; esta vez aguantamos tres días completos. El mercado se disparó como con el pedal a fondo, y los números en su cuenta se disparaban junto con él.

Me dijo: "Hermano, esta vez no solo recuperé el capital, además gané bastante más."

Le respondí: "Lo que has ganado no es solo dinero, es la experiencia para no volver a operar a ciegas en el futuro."

¿Y yo?

En esta ronda, 110.000 dólares, take profit limpio y salida perfecta.

Cuando llega la oportunidad, no te pongas nervioso; si mantienes el ritmo, la oportunidad vendrá sola.

Este mundo cripto siempre favorece a los que saben esperar.

El próximo podrías ser tú.