Brindemos con el invierno

Las hojas de loto en el estanque se marchitan, las ramas de los sauces en la orilla del arroyo se vuelven calvas. El invierno avanza día a día, la temperatura se vuelve más fría día tras día. Sentado junto a la ventana, brindando con el tiempo, una persona, un corazón, una ciudad, una taza de té, así es como se añora el paso del tiempo, es como se respeta el transcurso de los años. Una persona nostálgica siempre recoge recuerdos en lo cotidiano, los guarda en silencio, esperando el ciclo de la vida, con la esperanza de tener la oportunidad de sentarse alrededor del fuego, compartir una copa de vino caliente, preparar té, reservando un lugar vacío, esperando solo por ti, para brindar, sonreír juntos, y ver de nuevo la brisa primaveral. Así es como se convierte en poesía el tranquilo paso del tiempo, y cómo se vuelve suave el transcurrir de los años, con sueños largos e inolvidables, y con alegría que nunca se desvanece.