Todos los traders que ganan mucho, su giro del destino proviene de una misma cosa: cambiarse a sí mismos con todas sus fuerzas durante los momentos más difíciles y bajos.

Lo que ves ahora es su éxito posterior: la cuenta se ha duplicado, han comprado en los mínimos, su estado de ánimo se ha estabilizado y sus decisiones se han fortalecido. Parece que tienen mucha suerte, ¿verdad?

En realidad, no es así.

¿Y cómo hacen esas personas que realmente invierten en contra de la corriente para dar la vuelta a la situación? Durante ese período que no ves, tragan una y otra vez el sabor de la derrota, extraen lecciones de las pérdidas una y otra vez, y usan la autodisciplina para reparar ese yo que comete errores constantemente. Los bajos no son el final, son la única ventana que te permite ver claramente quién eres, entender el mercado y reiniciar por completo.

Las pérdidas no son lo aterrador, lo que da miedo es la confusión. Pero si en ese período logras pulirte a ti mismo—aprender a cortar pérdidas, a dividir en partes, a controlar la avaricia—entonces, cuando llegue la próxima tendencia, ya no serás esa persona que entra ciegamente con todo.

Cuando realmente aparezca la oportunidad, descubrirás que: todos los cambios se acumulan silenciosamente en esas noches invisibles.