Los metales preciosos están preparados para una trayectoria alcista sostenida hasta 2026. Como señalan los observadores del mercado, los inversores institucionales y minoristas están desplazando cada vez más sus carteras de activos denominados en dólares hacia el oro y la plata como coberturas. La estrategia de diversificación refleja una creciente preocupación por la estabilidad de la moneda y las presiones inflacionarias. Este cambio no es aislado: bitcoin y otros activos alternativos también se benefician de flujos similares de reequilibrio de carteras. La convergencia de estas tendencias sugiere un entorno macro más amplio donde el dominio tradicional del dólar está siendo desafiado, creando obstáculos para las tenencias en moneda fiduciaria mientras eleva los activos tangibles y las monedas digitales.