Al llegar a cierto nivel en los juegos de cartas, te darás cuenta de que no se trata solo de poner a prueba tus conocimientos. Lo que realmente importa son la visión estratégica y la intuición sobre la situación.

Cuando empecé a construir mi mazo con seriedad, mi forma de pensar cambió por completo. Ya no era simplemente seguir el ritmo del oponente, sino tomar el control de la situación. Cada carta que jugaba era pensada cuidadosamente, no una respuesta impulsiva.

Eso es lo esencial: el espacio en el mazo siempre es limitado. Cada carta debe cumplir una función. ¿Cómo crear la configuración más óptima en un espacio limitado? ¿Cómo hacer que las cartas interactúen entre sí en lugar de actuar de forma aislada? Esos son los secretos para ganar. Desde la selección de una sola carta hasta la estructura general, lo que decide no es cuánto sabes, sino qué tan profundo piensas.