Muchísima gente se esfuerza en obtener una tarjeta de Hong Kong solo para jugar con acciones de Hong Kong y EE. UU.

¿Y el resultado? No entraron mucho dinero, y la tarjeta fue primero controlada por el sistema de riesgos.
Directamente te la congelan, ¿te quedaste atónito?
Te digo, deja de ser tan ingenuo y sigue intentando con HSBC o Bank of China. No es que sean malos, sino que no has entendido una lógica fundamental.
Ellos son grandes y poderosos, y detrás de ellos, sabes quién está, ¿verdad? No te necesitan a ti, que eres un cliente insignificante, por eso mantienen el control de riesgos muy estricto, prefieren equivocarse y eliminar a mil en lugar de perder tiempo explicándote. Cualquier movimiento de fondos que sea un poco irregular, en su vista, tú eres un “factor de riesgo”.
¡Crack! Cierre de la cuenta.
Los que realmente saben, eligen silenciosamente Standard Chartered.
¿Y por qué?
Porque son unos “extraños” puramente, vienen aquí para hacer negocios, ganan dinero con negocios internacionales. Mientras juegues dentro de las reglas y no toques esas cosas complicadas, a ellos ni les importa cómo estás manejando tu dinero.
Para ellos, tú eres un cliente legítimo, no un “pariente problemático” que hay que vigilar todo el tiempo.
Romper esa barrera es así de simple.
A veces el mundo es bastante mágico, el “hijo querido” se comporta torpemente, y en cambio, los “monjes extranjeros” parecen recitar sus oraciones.