En 2025, los tokens de las cadenas públicas Layer-1 (L1) en su conjunto sufrieron una fuerte caída, con un rendimiento de precios que superó significativamente al del mercado, lo que generó un amplio debate entre los inversores sobre si “¿la L1 ya ha llegado a su fin?”. Sin embargo, desde los datos en cadena y el comportamiento de los usuarios, esta caída parece más una revaloración que una crisis fundamental.
Según el informe de análisis publicado por Schizoxbt el 25 de diciembre, la mayoría de los tokens L1 principales registraron una caída significativa en 2025. Ethereum cayó un 15,3% durante todo el año, Solana un 35,9%, Avalanche y Sui ambos más del 67%. TON fue el peor rendimiento, con una caída del 73,8% en el año. Entre las principales L1, solo BNB y TRX lograron subir en contra de la tendencia, con incrementos del 18,2% y 9,8% respectivamente. Esto indica que, en un mercado dominado por la aversión al riesgo, la capitalización de mercado ya no puede sostener de manera efectiva los precios de los tokens.
Pero los precios no reflejan toda la realidad. Los datos de ingresos y tarifas en cadena muestran un panorama completamente diferente. Los datos de Token Terminal indican que la capacidad de monetización de las redes Layer-1 no ha disminuido notablemente. En los últimos 365 días, Tron lidera con aproximadamente 3.500 millones de dólares en ingresos en cadena; Ethereum con unos 305 millones de dólares, y Solana con aproximadamente 207 millones de dólares. En cuanto a las tarifas, Solana acumula unos 699 millones de dólares, Ethereum unos 549 millones, y BNB Chain también generó unos 260 millones de dólares en ingresos por tarifas, demostrando que su valor de uso real sigue siendo sólido.
La actividad de los usuarios tampoco ha sufrido una pérdida masiva. La cantidad de direcciones activas mensuales en BNB Chain es de aproximadamente 59,8 millones, en Solana unos 39,8 millones, y NEAR alcanza los 38,7 millones. La red Sei ha superado los 10 millones de direcciones activas, acercándose a los niveles de Bitcoin, mientras que Ethereum se mantiene en torno a 9,3 millones. Los datos muestran que las redes Layer-1 todavía soportan una gran demanda de transacciones reales.
En conjunto, la principal razón de la caída en los precios de los tokens L1 en 2025 radica en la desaparición del exceso de especulación, y no en la pérdida de competitividad de las redes. El capital está volviendo a centrarse en aquellas cadenas públicas capaces de generar de manera sostenida volumen de transacciones, tarifas e ingresos en cadena. Para los inversores que se interesan por los fundamentos de las cadenas públicas Layer-1, el valor a largo plazo de los tokens L1 y los escenarios reales de uso de blockchain, esta etapa es más una reequilibración tras la burbuja que un fin definitivo.
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En 2025, los tokens de capa 1 cayeron colectivamente, pero los fundamentos no colapsaron: ¿Cuál es el problema de las cadenas públicas de L1?
En 2025, los tokens de las cadenas públicas Layer-1 (L1) en su conjunto sufrieron una fuerte caída, con un rendimiento de precios que superó significativamente al del mercado, lo que generó un amplio debate entre los inversores sobre si “¿la L1 ya ha llegado a su fin?”. Sin embargo, desde los datos en cadena y el comportamiento de los usuarios, esta caída parece más una revaloración que una crisis fundamental.
Según el informe de análisis publicado por Schizoxbt el 25 de diciembre, la mayoría de los tokens L1 principales registraron una caída significativa en 2025. Ethereum cayó un 15,3% durante todo el año, Solana un 35,9%, Avalanche y Sui ambos más del 67%. TON fue el peor rendimiento, con una caída del 73,8% en el año. Entre las principales L1, solo BNB y TRX lograron subir en contra de la tendencia, con incrementos del 18,2% y 9,8% respectivamente. Esto indica que, en un mercado dominado por la aversión al riesgo, la capitalización de mercado ya no puede sostener de manera efectiva los precios de los tokens.
Pero los precios no reflejan toda la realidad. Los datos de ingresos y tarifas en cadena muestran un panorama completamente diferente. Los datos de Token Terminal indican que la capacidad de monetización de las redes Layer-1 no ha disminuido notablemente. En los últimos 365 días, Tron lidera con aproximadamente 3.500 millones de dólares en ingresos en cadena; Ethereum con unos 305 millones de dólares, y Solana con aproximadamente 207 millones de dólares. En cuanto a las tarifas, Solana acumula unos 699 millones de dólares, Ethereum unos 549 millones, y BNB Chain también generó unos 260 millones de dólares en ingresos por tarifas, demostrando que su valor de uso real sigue siendo sólido.
La actividad de los usuarios tampoco ha sufrido una pérdida masiva. La cantidad de direcciones activas mensuales en BNB Chain es de aproximadamente 59,8 millones, en Solana unos 39,8 millones, y NEAR alcanza los 38,7 millones. La red Sei ha superado los 10 millones de direcciones activas, acercándose a los niveles de Bitcoin, mientras que Ethereum se mantiene en torno a 9,3 millones. Los datos muestran que las redes Layer-1 todavía soportan una gran demanda de transacciones reales.
En conjunto, la principal razón de la caída en los precios de los tokens L1 en 2025 radica en la desaparición del exceso de especulación, y no en la pérdida de competitividad de las redes. El capital está volviendo a centrarse en aquellas cadenas públicas capaces de generar de manera sostenida volumen de transacciones, tarifas e ingresos en cadena. Para los inversores que se interesan por los fundamentos de las cadenas públicas Layer-1, el valor a largo plazo de los tokens L1 y los escenarios reales de uso de blockchain, esta etapa es más una reequilibración tras la burbuja que un fin definitivo.