El proyecto de ley sobre la exportación de chips acaba de ser rechazado y Trump anunció de inmediato: permitir a NVIDIA vender el H200 a China, pero con una comisión del 25% por cada chip.
Al mismo tiempo, los modelos más avanzados, Blackwell y Rubin, siguen prohibidos para la venta.
El Departamento de Comercio de EE. UU. está ultimando los detalles; empresas como AMD, Intel y Broadcom también estarán sujetas a la misma norma.
Muchos solo ven una “relajación de las restricciones”, pero en realidad esta jugada es:
La “jugada maestra de tres golpes” cuidadosamente orquestada por Washington.
1⃣ Prohibición de productos top, liberación de la generación anterior → Ayuda a las empresas estadounidenses a mantener una facturación de 50.000–60.000 millones de dólares
Aunque el H200 no es el chip más avanzado, sigue siendo una “gama dorada” por la que las principales empresas de IA del mundo están dispuestas a pagar.
Permitir la exportación a China de productos de generación anterior como el H200 o el MI300 significa que:
NVIDIA, AMD, Intel, Broadcom
obtendrán cada año unos 50.000–60.000 millones de dólares adicionales en ventas
Para el sector tecnológico estadounidense, recientemente presionado por altos inventarios y desaceleración de pedidos, esto es una noticia épica.
Estados Unidos no gasta ni un dólar, pero abre un canal de ingresos para que las grandes tecnológicas nacionales recuperen liquidez.
2⃣ Comisión del 25% → El Tesoro de EE. UU. gana 15.000–20.000 millones de dólares extra al año
La lógica del gobierno de Trump es sencilla:
Se puede vender, pero yo me llevo una comisión.
El H200 es un producto de alto precio y alto margen, con un volumen de exportación enorme.
El gobierno estadounidense se queda con el 25% de la facturación, lo que supone 15.000–20.000 millones de dólares de ingresos directos anuales, sin necesidad de recurrir a procedimientos fiscales.
Es una operación de triple victoria: políticamente correcta, empresas contentas y el Tesoro ganando.
3⃣ La clave: usar la “tentación del H200” para retrasar la ruptura china en chips de alta gama propios
Esta jugada es incluso más astuta que las dos anteriores.
Los chips de computación más avanzados fabricados en China ya empiezan a acercarse en prestaciones al H200.
Si EE. UU. mantuviera la prohibición, las empresas tecnológicas chinas se verían obligadas a apostar por chips nacionales, y la sustitución local se aceleraría exponencialmente.
Pero ahora, con la repentina apertura al H200, ¿cuál es el efecto?
👉 Las principales empresas de IA volverán rápidamente a comprar H200
Porque:
El ecosistema CUDA es maduro
El ancho de banda de la memoria del H200 es de 4,8TB/s
NVLink 4.0 sigue siendo líder mundial en interconexión
El coste de migración para los ingenieros es muy bajo
Su rendimiento sigue siendo ligeramente superior al de los chips chinos
Por eficiencia y coste, las empresas de modelos grandes tomarán una decisión obvia:
Priorizar el H200; los pedidos de chips nacionales serán “interceptados” a corto plazo.
En otras palabras:
EE. UU., mediante la estrategia de “dar algo, pero no todo”,
retrasa artificialmente el avance de los chips chinos en el mercado de gama alta.
No es una conspiración, es una estrategia a plena luz.
Resumen: ¿Por qué esto es la “jugada maestra de tres golpes” de Washington?
✔ Las empresas estadounidenses aseguran ingresos (+50.000–60.000 millones de dólares/año)
✔ El gobierno de EE. UU. gana comisiones (+15.000–20.000 millones de dólares/año)
✔ La sustitución china se retrasa (el H200 vuelve a dominar el mercado de alta gama)
En apariencia es “permitir la exportación”,
pero en esencia:
Atar el mercado chino con productos de generación anterior, atar a las empresas con comisiones, atar la brecha tecnológica con la prohibición de los productos top.
El panorama parece flexibilizarse,
pero lo que realmente es flexible es el ritmo estratégico que EE. UU. ha diseñado meticulosamente:
no se está relajando el bloqueo tecnológico,
sino que EE. UU. considera que “lo que se puede relajar no pone en peligro la ventaja”.
En resumen:
Lo más avanzado no se vende, para que siempre vayas medio paso por detrás.
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¿Por qué la ley de exportación de chips rechazada se ha convertido en un “tres pájaros de un tiro” para Trump?
El proyecto de ley sobre la exportación de chips acaba de ser rechazado y Trump anunció de inmediato: permitir a NVIDIA vender el H200 a China, pero con una comisión del 25% por cada chip. Al mismo tiempo, los modelos más avanzados, Blackwell y Rubin, siguen prohibidos para la venta. El Departamento de Comercio de EE. UU. está ultimando los detalles; empresas como AMD, Intel y Broadcom también estarán sujetas a la misma norma.
Muchos solo ven una “relajación de las restricciones”, pero en realidad esta jugada es: La “jugada maestra de tres golpes” cuidadosamente orquestada por Washington.
1⃣ Prohibición de productos top, liberación de la generación anterior → Ayuda a las empresas estadounidenses a mantener una facturación de 50.000–60.000 millones de dólares
Aunque el H200 no es el chip más avanzado, sigue siendo una “gama dorada” por la que las principales empresas de IA del mundo están dispuestas a pagar.
Permitir la exportación a China de productos de generación anterior como el H200 o el MI300 significa que:
Estados Unidos no gasta ni un dólar, pero abre un canal de ingresos para que las grandes tecnológicas nacionales recuperen liquidez.
2⃣ Comisión del 25% → El Tesoro de EE. UU. gana 15.000–20.000 millones de dólares extra al año
La lógica del gobierno de Trump es sencilla: Se puede vender, pero yo me llevo una comisión.
El H200 es un producto de alto precio y alto margen, con un volumen de exportación enorme. El gobierno estadounidense se queda con el 25% de la facturación, lo que supone 15.000–20.000 millones de dólares de ingresos directos anuales, sin necesidad de recurrir a procedimientos fiscales.
Es una operación de triple victoria: políticamente correcta, empresas contentas y el Tesoro ganando.
3⃣ La clave: usar la “tentación del H200” para retrasar la ruptura china en chips de alta gama propios
Esta jugada es incluso más astuta que las dos anteriores.
Los chips de computación más avanzados fabricados en China ya empiezan a acercarse en prestaciones al H200. Si EE. UU. mantuviera la prohibición, las empresas tecnológicas chinas se verían obligadas a apostar por chips nacionales, y la sustitución local se aceleraría exponencialmente.
Pero ahora, con la repentina apertura al H200, ¿cuál es el efecto?
👉 Las principales empresas de IA volverán rápidamente a comprar H200 Porque:
Por eficiencia y coste, las empresas de modelos grandes tomarán una decisión obvia: Priorizar el H200; los pedidos de chips nacionales serán “interceptados” a corto plazo.
En otras palabras: EE. UU., mediante la estrategia de “dar algo, pero no todo”, retrasa artificialmente el avance de los chips chinos en el mercado de gama alta.
No es una conspiración, es una estrategia a plena luz.
Resumen: ¿Por qué esto es la “jugada maestra de tres golpes” de Washington?
✔ Las empresas estadounidenses aseguran ingresos (+50.000–60.000 millones de dólares/año) ✔ El gobierno de EE. UU. gana comisiones (+15.000–20.000 millones de dólares/año) ✔ La sustitución china se retrasa (el H200 vuelve a dominar el mercado de alta gama)
En apariencia es “permitir la exportación”, pero en esencia: Atar el mercado chino con productos de generación anterior, atar a las empresas con comisiones, atar la brecha tecnológica con la prohibición de los productos top.
El panorama parece flexibilizarse, pero lo que realmente es flexible es el ritmo estratégico que EE. UU. ha diseñado meticulosamente: no se está relajando el bloqueo tecnológico, sino que EE. UU. considera que “lo que se puede relajar no pone en peligro la ventaja”.
En resumen: Lo más avanzado no se vende, para que siempre vayas medio paso por detrás.