#比特币对比代币化黄金 De deber dinero a ganar un millón, ¡esta vez acerté apostando a la gran caída de TRB!
El primer día de 2024, el mundo cripto vivió una auténtica batalla. TRB se desplomó verticalmente de 593 dólares a 209 dólares, con una caída diaria cercana al 80%, y la liquidación total en toda la red superó los 70 millones de dólares.
Mientras otros lamentaban sus pérdidas, yo conseguí multiplicar por 10 mis ganancias aprovechando el desplome. No fue cuestión de suerte, sino de hacer correctamente 3 juicios clave con 2 horas de antelación.
**Las señales en la blockchain lo delataron**
La tarde del 31 de diciembre, detecté varias señales inusuales. Primero, las 20 principales direcciones de tenedores transfirieron 660.000 TRB a exchanges en 24 horas, lo que representa más de una cuarta parte del suministro circulante. Esto suele ser un preludio de una subida artificial seguida de ventas masivas. Segundo, la tasa de financiación de los contratos perpetuos se disparó al +2%, lo que indica que los largos estaban asumiendo costes muy altos y que probablemente las manos fuertes, tras exprimir a los cortos, iban a hacer dumping. Además, el precio de TRB en un exchange importante era un 20% más alto que la media del sector, lo que parecía una trampa de liquidez cuidadosamente preparada.
Inmediatamente liquidé todo mi TRB en spot y abrí una posición corta x20 en 576 dólares, con stop loss en 590 dólares. La gestión de riesgos es lo primero.
**Tres pasos para contrarrestar la caída**
En la madrugada del 1 de enero, TRB inició su caída libre. No me dejé llevar por la avaricia y fui asegurando beneficios por tramos: cuando el precio bajó a 300 dólares, cerré la mitad de la posición; a 250 dólares, reduje otro 30%; y cerca de 200 dólares, salí por completo. El rendimiento medio fue de 8,7x.
Pero eso no fue todo. Tomé el 30% de las ganancias y me posicioné en largo con USDT, para cubrir el riesgo de la cuenta. Al mismo tiempo, cuando TRB cayó a 180 dólares, aparecieron señales on-chain de compras masivas; compré en 185 dólares. 48 horas después, vendí estos tokens en 350 dólares, duplicando 1,8 veces el capital invertido.
**La clave es leer el lenguaje del mercado**
El desplome no es necesariamente una catástrofe; puede ser la mejor oportunidad para entrar. Pero antes hay que saber interpretar los datos on-chain, controlar la avaricia y atreverse a tomar posiciones cuando otros entran en pánico. Esto no es apostar, es un juego de probabilidades.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
14 me gusta
Recompensa
14
5
Republicar
Compartir
Comentar
0/400
GamefiHarvester
· 12-08 21:13
Eh... no entiendo los datos on-chain, pero sí puedo ver que has ganado dinero, jaja.
Ver originalesResponder0
LightningHarvester
· 12-08 13:10
Otra vez con el mismo discurso, lo dice todo con una fluidez increíble, solo le falta decir que es un dios.
Ver originalesResponder0
SerumSquirter
· 12-08 13:10
Joder, esta jugada ha sido brutal. Anticipó la caída dos horas antes, eso no lo explica la suerte.
Ver originalesResponder0
BearMarketBuyer
· 12-08 13:10
Hablar es fácil, pero ¿cuántos son realmente capaces de hacerlo? Solo quiero saber qué harás la próxima vez.
Ver originalesResponder0
SwapWhisperer
· 12-08 12:45
Madre mía, este tío de verdad convierte el pánico en un cajero automático, ¿eh? ¿Un desplome del 80% y aún así gana diez veces más? Solo quiero saber si la próxima vez podrá ser igual de preciso...
#比特币对比代币化黄金 De deber dinero a ganar un millón, ¡esta vez acerté apostando a la gran caída de TRB!
El primer día de 2024, el mundo cripto vivió una auténtica batalla. TRB se desplomó verticalmente de 593 dólares a 209 dólares, con una caída diaria cercana al 80%, y la liquidación total en toda la red superó los 70 millones de dólares.
Mientras otros lamentaban sus pérdidas, yo conseguí multiplicar por 10 mis ganancias aprovechando el desplome. No fue cuestión de suerte, sino de hacer correctamente 3 juicios clave con 2 horas de antelación.
**Las señales en la blockchain lo delataron**
La tarde del 31 de diciembre, detecté varias señales inusuales. Primero, las 20 principales direcciones de tenedores transfirieron 660.000 TRB a exchanges en 24 horas, lo que representa más de una cuarta parte del suministro circulante. Esto suele ser un preludio de una subida artificial seguida de ventas masivas. Segundo, la tasa de financiación de los contratos perpetuos se disparó al +2%, lo que indica que los largos estaban asumiendo costes muy altos y que probablemente las manos fuertes, tras exprimir a los cortos, iban a hacer dumping. Además, el precio de TRB en un exchange importante era un 20% más alto que la media del sector, lo que parecía una trampa de liquidez cuidadosamente preparada.
Inmediatamente liquidé todo mi TRB en spot y abrí una posición corta x20 en 576 dólares, con stop loss en 590 dólares. La gestión de riesgos es lo primero.
**Tres pasos para contrarrestar la caída**
En la madrugada del 1 de enero, TRB inició su caída libre. No me dejé llevar por la avaricia y fui asegurando beneficios por tramos: cuando el precio bajó a 300 dólares, cerré la mitad de la posición; a 250 dólares, reduje otro 30%; y cerca de 200 dólares, salí por completo. El rendimiento medio fue de 8,7x.
Pero eso no fue todo. Tomé el 30% de las ganancias y me posicioné en largo con USDT, para cubrir el riesgo de la cuenta. Al mismo tiempo, cuando TRB cayó a 180 dólares, aparecieron señales on-chain de compras masivas; compré en 185 dólares. 48 horas después, vendí estos tokens en 350 dólares, duplicando 1,8 veces el capital invertido.
**La clave es leer el lenguaje del mercado**
El desplome no es necesariamente una catástrofe; puede ser la mejor oportunidad para entrar. Pero antes hay que saber interpretar los datos on-chain, controlar la avaricia y atreverse a tomar posiciones cuando otros entran en pánico. Esto no es apostar, es un juego de probabilidades.