La publicación del Libro Beige de la Reserva Federal ha dejado claro un tono bastante dovish—aunque este patrón ya es muy conocido: quieren preparar al mercado, pero no se atreven a comprometerse del todo con la relajación monetaria, típico de decir la mitad y guardar la otra mitad.

Los datos están ahí: en 12 distritos, la economía en su mayoría se ha estancado, el consumo se está enfriando y las presiones inflacionistas empiezan a aflojar. La reacción del mercado ha sido directa: la probabilidad de un recorte de tipos en diciembre se ha disparado al 87%, y tanto Goldman Sachs como JPMorgan han cambiado de rumbo, apostando a que la bajada de tipos es ineludible.

Dicho sea de paso, si no actúan pronto, seguro que algunos ya están pensando en intervenir directamente. Al fin y al cabo, por muy buenos que sean los datos de empleo, no pueden frenar unas expectativas de relajación monetaria que ya están por las nubes.

Ahora el mercado cripto ya está empezando a reaccionar por adelantado, las expectativas de liquidez están creciendo. Al final, si esto se cumple o no, lo sabremos en la reunión de diciembre—esta vez, probablemente, sin mucho misterio.