Lula llamó a Trump con una propuesta poco habitual: ¿qué te parece si nos aliamos para localizar a los capos del crimen brasileños que se relajan en Miami?

Aparentemente, el presidente brasileño pasó 40 minutos al teléfono con el exlíder estadounidense, alternando entre dos temas totalmente distintos: extradición de crimen organizado y aranceles comerciales. Todo un ejemplo de multitarea diplomática.

Según el propio relato de Lula, la conversación abordó operaciones conjuntas contra criminales fugitivos que han estado viviendo cómodamente en el sur de Florida. ¿Y los aranceles? Sí, también salieron en la charla. Porque, ¿por qué limitarse a un solo tema complejo cuando se pueden abordar la aplicación de la ley internacional Y la política económica en una sola llamada?

Es el tipo de conversación que mezcla poder duro con negociaciones duras: mafiosos un minuto, acuerdos comerciales al siguiente.