El dólar estadounidense ha caído por debajo de 155 frente al yen, y muchos piensan que solo se trata de un ajuste ordinario del tipo de cambio. Pero si posees activos en criptomonedas, la situación es mucho más compleja de lo que parece. Es como un hilo invisible: un extremo está atado a los mercados financieros tradicionales, y el otro afecta directamente las ganancias y pérdidas de tu cartera.

¿Dónde está la raíz del problema? En pocas palabras, los bancos centrales de Estados Unidos y Japón están jugando a juegos completamente diferentes. La Reserva Federal mantiene los tipos de interés en su nivel más alto en más de veinte años y no da señales de relajación. ¿Y el Banco de Japón? Acaba de salir de los tipos negativos y se mueve con la lentitud de un anciano cruzando la calle. Cuando surge una diferencia de tipos tan grande, el capital global huele la oportunidad al instante: pedir prestado yenes baratos y reinvertirlos en mercados de alto rendimiento. Eso es el llamado “carry trade” o “operación de arbitraje”. ¿De qué tamaño estamos hablando? Tan grande que puede afectar la liquidez de todo el sistema financiero.

**Para el mercado cripto, esta espada tiene dos filos:**

Cuando la devaluación es gradual, la debilidad del yen puede incluso ser positiva. Los inversores japoneses ven cómo su dinero pierde valor y buscan salidas. Activos como Bitcoin se convierten en herramientas de cobertura, lo que genera una demanda constante. Además, la depreciación del yen suele coincidir con un mayor apetito global por el riesgo, beneficiando a los activos más arriesgados.

Pero lo realmente peligroso es la otra cara: la reversión brusca.

Si el Banco de Japón interviene de repente o cambia de política, el yen puede dispararse en muy poco tiempo. Las instituciones que han estado realizando carry trade con yenes entrarían en pánico de inmediato y tendrían que cerrar posiciones rápidamente: venderlo todo para recomprar dólares y saldar deudas. En ese momento, el mercado cripto es como la primera ficha de dominó: la liquidez desaparece de golpe.

La cadena de transmisión es muy clara: acción del Banco de Japón → subida brusca del yen → liquidación forzada de posiciones globales de carry trade → ventas masivas → el mercado cripto se desangra.

Así que, en esta coyuntura, no basta con mirar un gráfico de velas. Seguir el tipo de cambio dólar/yen puede ser más útil que fijarse en cualquier indicador técnico.