Durante una audiencia de confirmación en el Senado este miércoles, Jared Isaacman—nombrado dos veces por el presidente Trump para dirigir la NASA—dejó sus intenciones absolutamente claras: Estados Unidos debe superar a China en la carrera lunar. El astronauta multimillonario no se anduvo con rodeos respecto a su misión principal. Con Pekín acelerando sus propias ambiciones lunares, Isaacman dijo a los senadores que asegurar la supremacía estadounidense en la exploración espacial no es solo un objetivo, sino una necesidad imperativa. Su confirmación marca un momento crucial mientras la nueva administración redobla sus esfuerzos por recuperar el próximo gran salto de la humanidad.