NIO fue una vez aclamado como la respuesta de China a Tesla. Hace tres años, esa podría haber sido una comparación legítima: la compañía estaba ganando tracción con sus elegantes vehículos eléctricos y, lo que es más importante, su innovadora tecnología de baterías extraíbles. Los conductores podían intercambiar baterías agotadas por completamente cargadas en minutos en lugar de esperar horas en un cargador. ¿Revolucionario? En teoría, sí. ¿En la práctica? Los números cuentan una historia diferente.
La acción ha caído un 90% en tres años. Hasta la fecha, ha bajado otro 57%, actualmente cotizando a $3.61, cerca del fondo de su rango de 52 semanas ($3.61–$15.20). El margen bruto se sitúa en apenas un 4.9%, y la compañía quemó $747.1 millones en pérdidas operativas el último trimestre. Sin embargo, la dirección es curiosamente optimista: la guía de entregas del Q2 2024 proyecta un crecimiento del 129.6–138.1% interanual a 54,000–56,000 unidades, con ingresos que aumentan un 89.1–95.3% a $2.3–2.4 mil millones.
Aquí está el detalle. El mercado de vehículos eléctricos de China es brutal. Las guerras de precios son implacables, los aranceles internacionales se están endureciendo y la liquidez de NIO, aunque está en $6.3 mil millones, se está consumiendo más rápido que la de sus competidores. Los ingresos del primer trimestre alcanzaron los $1.37 mil millones, una caída del 42% en comparación con el trimestre anterior y del 7.2% en comparación con el año anterior, a pesar del aumento en el beneficio bruto. Las entregas de vehículos cayeron un 39.9% desde el cuarto trimestre.
El modelo de suscripción de intercambio de baterías está genuinamente diferenciado. Pero la diferenciación no equivale a rentabilidad. Wall Street es cautelosamente optimista: el precio objetivo promedio se sitúa en $6.52 (67.6% de aumento), con la analista de DBS Rachel Miu respaldando una compra a $7.10. La acción se negocia a 0.9x P/S, aproximadamente en línea con los pares de vehículos eléctricos chinos.
En resumen: La tecnología de NIO es sólida, pero la ejecución en un mercado hipercompetitivo sigue siendo incierta. El aumento de entregas del segundo trimestre podría ser un catalizador, pero los inversores deben esperar evidencia de rentabilidad sostenida antes de invertir. Este es un juego de recuperación, no algo seguro.
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¿Puede NIO hacer un regreso? Apuesta por el intercambio de baterías frente a la realidad
NIO fue una vez aclamado como la respuesta de China a Tesla. Hace tres años, esa podría haber sido una comparación legítima: la compañía estaba ganando tracción con sus elegantes vehículos eléctricos y, lo que es más importante, su innovadora tecnología de baterías extraíbles. Los conductores podían intercambiar baterías agotadas por completamente cargadas en minutos en lugar de esperar horas en un cargador. ¿Revolucionario? En teoría, sí. ¿En la práctica? Los números cuentan una historia diferente.
La acción ha caído un 90% en tres años. Hasta la fecha, ha bajado otro 57%, actualmente cotizando a $3.61, cerca del fondo de su rango de 52 semanas ($3.61–$15.20). El margen bruto se sitúa en apenas un 4.9%, y la compañía quemó $747.1 millones en pérdidas operativas el último trimestre. Sin embargo, la dirección es curiosamente optimista: la guía de entregas del Q2 2024 proyecta un crecimiento del 129.6–138.1% interanual a 54,000–56,000 unidades, con ingresos que aumentan un 89.1–95.3% a $2.3–2.4 mil millones.
Aquí está el detalle. El mercado de vehículos eléctricos de China es brutal. Las guerras de precios son implacables, los aranceles internacionales se están endureciendo y la liquidez de NIO, aunque está en $6.3 mil millones, se está consumiendo más rápido que la de sus competidores. Los ingresos del primer trimestre alcanzaron los $1.37 mil millones, una caída del 42% en comparación con el trimestre anterior y del 7.2% en comparación con el año anterior, a pesar del aumento en el beneficio bruto. Las entregas de vehículos cayeron un 39.9% desde el cuarto trimestre.
El modelo de suscripción de intercambio de baterías está genuinamente diferenciado. Pero la diferenciación no equivale a rentabilidad. Wall Street es cautelosamente optimista: el precio objetivo promedio se sitúa en $6.52 (67.6% de aumento), con la analista de DBS Rachel Miu respaldando una compra a $7.10. La acción se negocia a 0.9x P/S, aproximadamente en línea con los pares de vehículos eléctricos chinos.
En resumen: La tecnología de NIO es sólida, pero la ejecución en un mercado hipercompetitivo sigue siendo incierta. El aumento de entregas del segundo trimestre podría ser un catalizador, pero los inversores deben esperar evidencia de rentabilidad sostenida antes de invertir. Este es un juego de recuperación, no algo seguro.