Hablemos de algo que comprendí después de haber estado luchando en el DeFi: antes siempre pensé que la liquidez era algo que solo se podía manejar gracias a esas ballenas que mueven millones de dólares. Noticias sobre grandes transferencias on-chain y títulos sobre el TVL que suben de manera espectacular, ¡simplemente emocionan!

¿Y el resultado? Gran error.

Lo que realmente mantiene vivo un protocolo son esas operaciones triviales que ni siquiera notarías, como cuando alguien espera en la fila para comprar café y de repente abre su billetera para echar un vistazo a sus ganancias, o cuando cada viernes sin falta abre la aplicación para reclamar esos pocos pesos de recompensa. Son estos pequeños y casi insignificantes movimientos los que son la clave para que la liquidez en cadena no se evapore de repente. No son estrategias sofisticadas, sino los hábitos cotidianos inconscientes de los usuarios que sostienen silenciosamente todo el sistema.