Era 2019 cuando Terraform Labs lanzó un proyecto ambicioso: crear una stablecoin algorítmica llamada UST que mantendría su valor sin necesidad de reservas tradicionales. ¿El secreto? Un mecanismo automático de quema y emisión de LUNA, el token nativo, que actuaba como “amortiguador” de precio.
Parecía genial en la teoría. LUNA explotaba de valor (y alcanzó $120 en 2021), UST mantenía la paridad con el dólar, y el ecosistema Terra se convertía en sinónimo de innovación cripto. Hasta mayo de 2022.
El Colapso a Cámara Lenta
Todo se desmoronó en cuestión de días. UST perdió la anclaje, LUNA cayó de $80 a céntimos, y miles de millones de dólares en valor se evaporaron. La comunidad lo descubrió demasiado tarde: un sistema donde el token de garantía es el mismo que tienes que vender en pánico = receta para la catástrofe.
Fue la mayor crisis del sector desde la quiebra de FTX. Millones se quedaron sosteniendo bolsas vacías.
Terra 2.0: La Resurrección
Do Kwon y la comunidad no se rindieron. Crearon un hard fork en 2023:
Terra Luna Classic (LUNC): La blockchain original que permaneció. Representa el pasado traumático del proyecto.
Terra (LUNA 2.0): Un nuevo comienzo, sin el modelo de stablecoin algorítmica. Enfoque en dApps, NFT y DeFi “de verdad”.
La Diferencia en los Números
LUNA (nueva) cuesta significativamente más que LUNC, reflejando la apuesta del mercado:
LUNA = potencial futuro, proyecto en reconstrucción
LUNC = activo especulativo con una comunidad leal que quema tokens para reducir el suministro
Muchos holders de LUNC creen en un posible pump; otros lo ven como una forma de aprender del error y apoyar la resurrección.
Lo Que Hemos Aprendido
Terra no fue un fraude: fue un experimento ambicioso que quebró. La diferencia: el mercado, esta vez, dio una segunda oportunidad al proyecto porque la comunidad fue transparente sobre el fracaso y reconstruyó desde cero.
Hoy Terra Luna se estudia en las aulas de crypto como el mayor caso de gestión de crisis en el sector, no solo de implosión.
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Terra y Luna: El Mayor Colapso de las Criptomonedas — y Cómo Todo Volvió a Empezar
El Sueño Que Se Desmoronó
Era 2019 cuando Terraform Labs lanzó un proyecto ambicioso: crear una stablecoin algorítmica llamada UST que mantendría su valor sin necesidad de reservas tradicionales. ¿El secreto? Un mecanismo automático de quema y emisión de LUNA, el token nativo, que actuaba como “amortiguador” de precio.
Parecía genial en la teoría. LUNA explotaba de valor (y alcanzó $120 en 2021), UST mantenía la paridad con el dólar, y el ecosistema Terra se convertía en sinónimo de innovación cripto. Hasta mayo de 2022.
El Colapso a Cámara Lenta
Todo se desmoronó en cuestión de días. UST perdió la anclaje, LUNA cayó de $80 a céntimos, y miles de millones de dólares en valor se evaporaron. La comunidad lo descubrió demasiado tarde: un sistema donde el token de garantía es el mismo que tienes que vender en pánico = receta para la catástrofe.
Fue la mayor crisis del sector desde la quiebra de FTX. Millones se quedaron sosteniendo bolsas vacías.
Terra 2.0: La Resurrección
Do Kwon y la comunidad no se rindieron. Crearon un hard fork en 2023:
La Diferencia en los Números
LUNA (nueva) cuesta significativamente más que LUNC, reflejando la apuesta del mercado:
Muchos holders de LUNC creen en un posible pump; otros lo ven como una forma de aprender del error y apoyar la resurrección.
Lo Que Hemos Aprendido
Terra no fue un fraude: fue un experimento ambicioso que quebró. La diferencia: el mercado, esta vez, dio una segunda oportunidad al proyecto porque la comunidad fue transparente sobre el fracaso y reconstruyó desde cero.
Hoy Terra Luna se estudia en las aulas de crypto como el mayor caso de gestión de crisis en el sector, no solo de implosión.