Ethereum y ETH: de la teoría a la práctica

Preguntas frecuentes: ¿cuál es la esencia de Ethereum y por qué no es simplemente “el segundo Bitcoin”? La respuesta es sencilla: son dos sistemas absolutamente diferentes con objetivos distintos.

Bitcoin vs Ethereum: ¿quién gana?

Bitcoin se creó como una moneda, es decir, un medio de intercambio y almacenamiento de valor. En cambio, Ethereum fue concebido como una plataforma. Si Bitcoin es una calculadora, Ethereum es todo un ordenador en la blockchain.

¿Dónde está la clave? En los contratos inteligentes. Son programas autoejecutables que hacen lo que está programado en ellos, sin intermediarios. Imagina una máquina expendedora: introduces el dinero, pulsas un botón y el producto cae automáticamente. Sin cajero, sin operador. Eso es un contrato inteligente.

¿Resultado? Sobre Ethereum han surgido miles de proyectos, desde protocolos DeFi hasta NFT y videojuegos.

ETH: el principal combustible de la red

Éter (ETH) no es solo una moneda, es el motor de Ethereum. Cada operación en la red requiere un pago en ETH, conocido como “gas”. Los validadores reciben estos pagos por confirmar transacciones.

Desde 2015, ETH se ha convertido en la segunda criptomoneda por capitalización. ¿Por qué lo mantienen los traders? Algunos creen en su crecimiento, otros lo utilizan activamente en protocolos DeFi como colateral.

“The Merge”: revolución en el consumo energético

En 2022 ocurrió un evento clave: Ethereum pasa de Proof of Work a Proof of Stake. ¿Qué ha supuesto esto?

• Emisión reducida de 13 000 ETH/día a 1 700: una caída del 88%
• Inflación: del 4,61% al 0,52%
• El consumo energético se ha reducido drásticamente
• Con alta actividad en la red, ETH puede incluso volverse deflacionario (cuando las comisiones quemadas superan la emisión)

Ahora los validadores deben bloquear un mínimo de 32 ETH y reciben recompensas. El sistema es más ecológico y justo.

Dónde ya funciona Ethereum

La teoría se aparta ante los hechos. Veamos quién lo usa realmente:

• Take-Two lanzó el juego Web3 Sugartown en Ethereum
• ING utiliza blockchain para facilitar la gestión documental (proyecto Komgo)
• TD Ameritrade permite a sus clientes operar futuros de Ethereum a través de la plataforma ErisX

Bancos, editoriales, exchanges: estos son casos de uso reales.

En el horizonte: nuevos estándares

En 2023 surgieron innovaciones espectaculares:

• ERC-6551: Los NFT ahora pueden funcionar como monederos completos con sus propios contratos inteligentes. Un gran salto en posibilidades
• Ethscriptions: Imágenes transferidas directamente en la blockchain, sin crear NFT. Más barato y sencillo
• EFP (Ethereum Follow Protocol): sistema descentralizado de suscripciones basado en Ethereum, integrable con plataformas existentes

Danksharding promete aún mayor escalabilidad.

Dónde pueden surgir problemas

No todo es de color de rosa. Ethereum se enfrenta a desafíos:

• Competencia: Solana y Cardano ofrecen transacciones rápidas y baratas
• Escalabilidad: a medida que crece la red, se necesita más memoria y capacidad de cómputo
• Comisiones: en momentos pico, el gas puede ser realmente caro
• Regulación: si los legisladores atacan DeFi y NFT, caerá la demanda de blockchain
• Seguridad: los contratos inteligentes pueden tener errores, los hackers buscan vulnerabilidades

Pronóstico para el futuro

El análisis técnico apunta a una tendencia alcista. Los analistas esperan que para noviembre de 2023 el precio pueda subir un 4,3% hasta los $2038.

Pero lo más importante no es el precio, sino el avance tecnológico. Ethereum se actualiza constantemente, la comunidad de desarrolladores es activa y surgen nuevas innovaciones. No es un proyecto “muerto” que se ha quedado estancado.

Conclusión

Ethereum no es solo una criptomoneda. Es una plataforma que permite a la gente crear aplicaciones sin control centralizado. Contratos inteligentes, DApp, DeFi: todo esto funciona gracias al genio ingenieril y la perseverancia de la comunidad.

Sí, existen problemas. Sí, la competencia se intensificará. Pero mientras Ethereum siga evolucionando y adaptándose, su influencia en el mundo de las criptomonedas solo crecerá.

La pregunta no es “¿existirá Ethereum?”, sino “¿hasta dónde llegará?”.