El fabricante de chips Wolfspeed (WOLF) vio cómo sus acciones se dispararon un 34% ayer, cotizando a $29,63. Esta empresa, especializada en chips de carburo de silicio para vehículos eléctricos, acaba de salir de la protección por quiebra, reduciendo su deuda en casi un 70% y rebajando en un 60% el gasto anual en intereses en efectivo.
La reestructuración ha sido contundente: se ha renovado el consejo de administración (5 nuevos consejeros), se ha nombrado un nuevo CFO, todos ellos con amplia experiencia en el sector. El CEO ha declarado que Wolfspeed está ahora preparada para aprovechar mercados de alto crecimiento como los vehículos eléctricos, la IA, los equipos industriales y las energías limpias.
Sin embargo, también existen riesgos: los antiguos accionistas han sido fuertemente diluidos y ahora poseen menos del 1% (todas las acciones antiguas han quedado sin valor y solo se han emitido 1,3 millones de acciones nuevas). Además, Wolfspeed sigue en pérdidas, con un PER negativo, a diferencia de Onsemi (PER 17,9) y NXP Semiconductors (PER 16,7), que sí son rentables.
No obstante, la reacción del mercado demuestra que los inversores confían en el potencial a largo plazo de la compañía: la reducción de deuda y la mejora del balance ayudarán a Wolfspeed a recuperar terreno en el sector de chips para vehículos eléctricos. La clave será ver si consigue transformar esta buena posición en beneficios reales.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
El fabricante de chips Wolfspeed (WOLF) vio cómo sus acciones se dispararon un 34% ayer, cotizando a $29,63. Esta empresa, especializada en chips de carburo de silicio para vehículos eléctricos, acaba de salir de la protección por quiebra, reduciendo su deuda en casi un 70% y rebajando en un 60% el gasto anual en intereses en efectivo.
La reestructuración ha sido contundente: se ha renovado el consejo de administración (5 nuevos consejeros), se ha nombrado un nuevo CFO, todos ellos con amplia experiencia en el sector. El CEO ha declarado que Wolfspeed está ahora preparada para aprovechar mercados de alto crecimiento como los vehículos eléctricos, la IA, los equipos industriales y las energías limpias.
Sin embargo, también existen riesgos: los antiguos accionistas han sido fuertemente diluidos y ahora poseen menos del 1% (todas las acciones antiguas han quedado sin valor y solo se han emitido 1,3 millones de acciones nuevas). Además, Wolfspeed sigue en pérdidas, con un PER negativo, a diferencia de Onsemi (PER 17,9) y NXP Semiconductors (PER 16,7), que sí son rentables.
No obstante, la reacción del mercado demuestra que los inversores confían en el potencial a largo plazo de la compañía: la reducción de deuda y la mejora del balance ayudarán a Wolfspeed a recuperar terreno en el sector de chips para vehículos eléctricos. La clave será ver si consigue transformar esta buena posición en beneficios reales.