Imagina: cotizas BTC en 83k y mañana se desploma un 20%. Los stablecoins son, básicamente, “airbags” cripto, vinculados al dólar estadounidense u otros activos en una proporción 1:1.
Tres tipos, tres destinos
Fiat (USDT, USDC, DAI) — los más populares. Aquí USDT es el rey, lanzado ya en 2014. La idea es sencilla: por cada token en blockchain supuestamente hay un dólar real en la cuenta de Tether. Suena bien, pero la comunidad no deja de debatir si realmente hay suficiente dinero allí.
Criptomonedas (por ejemplo DAI) — respaldados por otras cripto a través de smart contracts. Descentralizado, transparente, pero tiene trampa: si la garantía (criptomoneda) cae un 50%, tu stablecoin puede tambalearse.
Algorítmicos (UST, CrvUSD) — los más experimentales y peligrosos. Sin respaldo físico, solo smart contracts y mucha fe. ¿Recuerdas mayo de 2022? UST de Luna cayó de $1 a céntimos. Lección aprendida.
¿Para qué sirven realmente?
La cripto es volátil como el demonio. Los stablecoins resuelven el problema: quieres asegurar beneficios o capear el mercado bajista, pasas a stablecoin en vez de fiat y no pagas comisiones. Además, sirven como medio de pago sin bancos.
¿Invertir o no?
El truco es que los stablecoins NO son una inversión. Son una herramienta de liquidez y un seguro. No suben de precio, no dan beneficio. Se usan para trading, almacenamiento y distribución de capital entre posiciones.
Conclusión: si ves tendencia alcista — mantente en cripto, si el oso devora tu portafolio — pásate a stablecoin. Simple y claro.
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Stablecoins: los caballos blancos del criptomercado que no caen en el pozo
Imagina: cotizas BTC en 83k y mañana se desploma un 20%. Los stablecoins son, básicamente, “airbags” cripto, vinculados al dólar estadounidense u otros activos en una proporción 1:1.
Tres tipos, tres destinos
Fiat (USDT, USDC, DAI) — los más populares. Aquí USDT es el rey, lanzado ya en 2014. La idea es sencilla: por cada token en blockchain supuestamente hay un dólar real en la cuenta de Tether. Suena bien, pero la comunidad no deja de debatir si realmente hay suficiente dinero allí.
Criptomonedas (por ejemplo DAI) — respaldados por otras cripto a través de smart contracts. Descentralizado, transparente, pero tiene trampa: si la garantía (criptomoneda) cae un 50%, tu stablecoin puede tambalearse.
Algorítmicos (UST, CrvUSD) — los más experimentales y peligrosos. Sin respaldo físico, solo smart contracts y mucha fe. ¿Recuerdas mayo de 2022? UST de Luna cayó de $1 a céntimos. Lección aprendida.
¿Para qué sirven realmente?
La cripto es volátil como el demonio. Los stablecoins resuelven el problema: quieres asegurar beneficios o capear el mercado bajista, pasas a stablecoin en vez de fiat y no pagas comisiones. Además, sirven como medio de pago sin bancos.
¿Invertir o no?
El truco es que los stablecoins NO son una inversión. Son una herramienta de liquidez y un seguro. No suben de precio, no dan beneficio. Se usan para trading, almacenamiento y distribución de capital entre posiciones.
Conclusión: si ves tendencia alcista — mantente en cripto, si el oso devora tu portafolio — pásate a stablecoin. Simple y claro.