Delante de la puerta empinada hay un viejo árbol de camphor, observando el mundo durante trescientos años.
En la profundidad de los juncos, la bella ríe, vengo a buscar el barco que olvidé regresar.
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Delante de la puerta empinada hay un viejo árbol de camphor, observando el mundo durante trescientos años.
En la profundidad de los juncos, la bella ríe, vengo a buscar el barco que olvidé regresar.