Los datos oficiales de 【moneda】 aún no han etiquetado a la economía estadounidense como “recesión”, pero las familias de bajos ingresos ya están viviendo en la recesión.
Mira los números y verás cuán severo es: en octubre, se despidió a más de 150,000 personas en un mes, un aumento del 183% en comparación con el mes anterior. Lo que es aún más grave es que la inflación sigue atrapada en un 3%, los aumentos salariales no alcanzan a los precios, y las familias que ya tenían un presupuesto ajustado ahora están al límite.
Mohamed El-Erian de Allianz lo ha dejado claro: los grupos de bajos ingresos ahora están separados de la recesión por una capa de papel.
El problema es que esta cosa es contagiosa. Cuando una gran cantidad de personas ven su capacidad de consumo agotada, la reacción en cadena eventualmente ascenderá. Los ricos siguen haciendo dinero, los pobres se aprietan el cinturón: si esta polarización en forma de K continúa desgarrándose, toda la base de la economía se verá afectada. Esos bonitos datos que observa Wall Street, pueden no ver en absoluto la grieta que se está abriendo por debajo.
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El gobierno no reconoce la recesión, pero la base ya se ha derrumbado: 150,000 personas desempleadas, un aumento del 183%.
Los datos oficiales de 【moneda】 aún no han etiquetado a la economía estadounidense como “recesión”, pero las familias de bajos ingresos ya están viviendo en la recesión.
Mira los números y verás cuán severo es: en octubre, se despidió a más de 150,000 personas en un mes, un aumento del 183% en comparación con el mes anterior. Lo que es aún más grave es que la inflación sigue atrapada en un 3%, los aumentos salariales no alcanzan a los precios, y las familias que ya tenían un presupuesto ajustado ahora están al límite.
Mohamed El-Erian de Allianz lo ha dejado claro: los grupos de bajos ingresos ahora están separados de la recesión por una capa de papel.
El problema es que esta cosa es contagiosa. Cuando una gran cantidad de personas ven su capacidad de consumo agotada, la reacción en cadena eventualmente ascenderá. Los ricos siguen haciendo dinero, los pobres se aprietan el cinturón: si esta polarización en forma de K continúa desgarrándose, toda la base de la economía se verá afectada. Esos bonitos datos que observa Wall Street, pueden no ver en absoluto la grieta que se está abriendo por debajo.