Un exejecutivo de BlackRock acaba de decirlo en voz alta: “Ethereum es la infraestructura de Wall Street.”

Esa no es una observación casual. Es un reconocimiento silencioso de que los gigantes financieros finalmente ven lo que el mundo cripto ha estado construyendo durante años: una capa programable de finanzas que no duerme, no necesita permiso y no se rompe bajo presión.

Ethereum ya no es solo una blockchain, es la columna vertebral de un nuevo sistema operativo financiero. Los contratos inteligentes son las vías. Los activos tokenizados son la carga. Y Wall Street, que antes era escéptica, ahora se está preparando para aprovechar la red que una vez ignoró.

El futuro no está llegando. Ya está aquí, funcionando en Ethereum bloque por bloque, trato por trato, hasta que cada parte de las finanzas sea reescrita en código.

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