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Trump cambia de postura: ¡el gobierno de EE. UU. podría abrir sus puertas! Gran noticia de la Reserva Federal, señalando la postura más “halcón”, sin recortes de tasas durante el mandato de Powell


“Si esperas dos semanas más, los intereses de tu hipoteca podrían acumularse como si fuera un año”, suena duro, pero es un recordatorio frío que Washington y la Reserva Federal están dando en conjunto.
Trump ha cambiado de discurso, ¡el gobierno de EE. UU. podría abrir sus puertas! Gran noticia de la Reserva Federal, enviando la señal más “halcón”, sin recortes de tasas en el mandato de Powell
Con la continuación del impacto del “apagón” del gobierno de EE. UU., las pérdidas económicas también aumentan aún más.
Primero, hablemos de la Casa Blanca. Esos días de cierre, lo que más temían los amigos que hacen comercio exterior no era la falta de datos, sino la falta de “datos claros”: el Departamento de Trabajo no publica las cifras de empleo no agrícola, ¿deberían reabastecerse las existencias en los almacenes? Nadie se atreve a decidir. La frase de Trump “está dispuesto a negociar sobre la atención médica” fue como un soplo de aire caliente en una tubería congelada: el agua aún no fluye, pero al menos se escucha el crujido del hielo. Si se aprueba un proyecto de ley de fondos temporales, el gobierno continuará operando 45 días, los datos volverán a la normalidad y el mercado podrá apagar el modo “adivinar”.
¿Y qué pasa cuando vuelven los datos? La Reserva Federal lanza un balde de agua fría: no esperes recortes de tasas para salvar la situación. En las minutas, una frase dice “el riesgo de inflación sigue siendo alto”, reduciendo la probabilidad de un recorte en marzo del 70% al 30%. Lo más duro es la predicción de Bank of America: Powell estará en su cargo hasta mayo de 2026, con tasas estancadas en 3.75%-4%. En una sola frase, el ciclo de “subir tasas—pausar—recortar” de los últimos dos años se ha desvanecido, y la era de altas tasas pasa de ser “temporal” a “permanente”.
¿Cómo es vivir en una era de tasas altas y duraderas? Tres escenarios de la vida cotidiana son suficientes para abrir los ojos.
Escenario uno: hipoteca de 300,000 dólares. La diferencia entre una tasa del 4% y del 7% significa 600 dólares más de pago mensual, ¡lo que suma 7200 dólares en un año! suficiente para pagar la matrícula de una universidad pública para dos hijos.
Escenario dos: préstamo de coche. El plazo promedio para un coche nuevo ya es de 72 meses, y con solo un 1% más en interés, el costo adicional sería como un iPhone 15 Pro más.
Escenario tres: tarjeta de crédito. La tasa promedio en EE. UU. ya ha subido al 21%. Si solo haces pagos mínimos, una factura de 5000 dólares puede tardar 7 años en pagarse, y los intereses superan al principal. Esto no es solo un juego numérico, sino dinero real que tendrás que pagar el próximo mes.
¿Alguien piensa: “¿Y si no pido prestado”? La respuesta es sí, pero no puedes evitar los efectos en cadena. Las tasas altas funcionan como una bomba de agua: primero las soportan las empresas. Las startups despiden, las empresas que cotizan en bolsa recompran acciones y las valoraciones inmobiliarias caen un 30%. La transmisión a la economía real solo es cuestión de tiempo. Cuando llegue la ola de despidos, quienes no tengan hipoteca también sentirán la caída de los alquileres, la contracción del consumo y la reducción en los ingresos por impuestos. El cierre del gobierno solo retrasa los datos, pero las tasas altas pueden hacer que los datos empeoren directamente.
Lo más incómodo es que el espacio para políticas se ha cerrado. Antes, cuando la economía se enfriaba, la Fed bajaba tasas y el gobierno gastaba más, una doble estrategia. Ahora, con las tasas estancadas y sin posibilidad de recortes, la política fiscal también está en aprietos: crisis de cierre cada trimestre, el Congreso en disputa, infraestructura, subsidios y devoluciones de impuestos en espera. Solo queda la opción de “hacer declaraciones”, pero el mercado se cansa de escuchar lo mismo.
¿Y qué pueden hacer las personas comunes? Tres pequeños consejos, sin promesas de riqueza rápida, pero al menos para reducir riesgos.
Primero, asegurar tasas. Si tienes una hipoteca o préstamo estudiantil con tasa variable, aprovecha antes de que los bancos suban más las tasas y cámbialo a fijo. No te preocupes por la comisión del 0.25%, una subida de tasas te dará ganancias en el largo plazo.
Segundo, acorta los plazos de pago. No hagas solo pagos mínimos con la tarjeta de crédito, y en el caso del coche, evita extender el préstamo a cinco años. Los intereses crecen con el tiempo, y cuanto más tardes, más se acumulan.
Tercero, no solo acumules efectivo, sino flujo de efectivo. Aunque las tasas altas parecen atractivas, la inflación aún ronda el 3%, y los fondos de inversión con un rendimiento del 4.5% solo “no pierden”. En lugar de aferrarte al efectivo, invierte en ti mismo: una certificación, un trabajo secundario, aumenta tu capital humano, esa es la verdadera protección contra la inflación.
Para los inversores, no se dejen intimidar por el “no recorte de tasas”. La historia muestra que en periodos de tasas altas, el mercado no siempre fracasa. En 94-95 y 05-06, los sectores de consumo esencial, servicios públicos y telecomunicaciones con altos dividendos incluso superaron a otros. La lógica es simple: flujo de caja estable, baja deuda y dividendos seguros. En cambio, las acciones con alto apalancamiento y que gastan mucho en expansión suelen ser las más vulnerables. La regla de oro en estos tiempos es revisar primero el balance y luego soñar en grande.
Finalmente, mirando la política: Trump cambió de postura y los demócratas aceptaron, pero en realidad solo están prolongando la tensión. El déficit fiscal en 2024 ya supera los 1.7 billones de dólares, los intereses de la deuda alcanzan el gasto en defensa, y cada aprobación temporal de fondos es como hacer el pago mínimo con la tarjeta de crédito, la deuda sigue creciendo. Powell opta por “no recortar tasas”, aparentando controlar la inflación, pero en realidad también está frenando el gasto público: primero controlar el impulso de gastar, luego buscar crecimiento. Si Washington sigue con el tira y afloja del cierre del gobierno, la Reserva Federal solo podrá mantener las tasas altas, y en medio, los que sufren son las personas comunes.
Por eso, no tomes solo esta noticia como “política”. El cierre del gobierno es un espectáculo lejano, pero las tasas altas y los intereses crecientes están aquí, al alcance. Aprovecha que las leyes de presupuesto aún no se aprueban y las tasas bancarias no han subido otra vez. Cambia a tasas fijas, reduce tus deudas, invierte en ti mismo. Cuando salga el próximo dato de empleo, espero que no leas solo cifras de despidos, sino buenas noticias: que has logrado mantener a raya a la bestia de los intereses.
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