El ex presidente acaba de soltar una propuesta de política explosiva que tiene a todos hablando. Se dice en la calle que está prometiendo distribuir $2,000 a cada ciudadano estadounidense utilizando los ingresos recaudados de su estrategia de tarifas.
Este tipo de plan de distribución de efectivo directo está levantando cejas en los mercados financieros. Si se implementa, estamos ante un masivo estímulo fiscal que podría remodelar los patrones de gasto del consumidor y potencialmente impulsar la inflación al alza. Para aquellos que siguen las tendencias macro, esto importa: las inyecciones de efectivo del gobierno históricamente crean ondas en los activos de riesgo, y las criptomonedas han demostrado ser sensibles a los cambios en la liquidez.
La mecánica aquí es sencilla pero controvertida: las recaudaciones arancelarias financiarían lo que esencialmente se convierte en un programa de pagos universal. Los críticos ya están cuestionando las matemáticas y la sostenibilidad, mientras que los partidarios argumentan que pone dinero de nuevo en los bolsillos de la gente común. De cualquier manera, las implicaciones del mercado merecen ser monitoreadas de cerca a medida que esta propuesta gana fuerza en los círculos políticos.
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WalletDoomsDay
· hace14h
¿Esta vez van a tomar a la gente por tonta otra vez?
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CompoundPersonality
· hace15h
Otra vez es la guerra de monedas que ocurre cada cuatro años.
El ex presidente acaba de soltar una propuesta de política explosiva que tiene a todos hablando. Se dice en la calle que está prometiendo distribuir $2,000 a cada ciudadano estadounidense utilizando los ingresos recaudados de su estrategia de tarifas.
Este tipo de plan de distribución de efectivo directo está levantando cejas en los mercados financieros. Si se implementa, estamos ante un masivo estímulo fiscal que podría remodelar los patrones de gasto del consumidor y potencialmente impulsar la inflación al alza. Para aquellos que siguen las tendencias macro, esto importa: las inyecciones de efectivo del gobierno históricamente crean ondas en los activos de riesgo, y las criptomonedas han demostrado ser sensibles a los cambios en la liquidez.
La mecánica aquí es sencilla pero controvertida: las recaudaciones arancelarias financiarían lo que esencialmente se convierte en un programa de pagos universal. Los críticos ya están cuestionando las matemáticas y la sostenibilidad, mientras que los partidarios argumentan que pone dinero de nuevo en los bolsillos de la gente común. De cualquier manera, las implicaciones del mercado merecen ser monitoreadas de cerca a medida que esta propuesta gana fuerza en los círculos políticos.