No hay personalidades perfectas en el mundo. Las personalidades delicadas tienden a ser sensibles y rencorosas, las personalidades desinhibidas pueden ofender a los demás, las personas con emociones estables pueden ignorar los sentimientos ajenos, y aquellos que muestran todas sus emociones en su rostro pueden ser impredecibles y cambiar de humor con facilidad. Un defecto que no te sirve de nada no puede retenerse en ti. Y esta característica puede traerte beneficios en ciertos momentos; de lo contrario, ya habría sido desechada.
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No hay personalidades perfectas en el mundo. Las personalidades delicadas tienden a ser sensibles y rencorosas, las personalidades desinhibidas pueden ofender a los demás, las personas con emociones estables pueden ignorar los sentimientos ajenos, y aquellos que muestran todas sus emociones en su rostro pueden ser impredecibles y cambiar de humor con facilidad. Un defecto que no te sirve de nada no puede retenerse en ti. Y esta característica puede traerte beneficios en ciertos momentos; de lo contrario, ya habría sido desechada.