La lucha política en Washington vuelve a escena: el cierre del gobierno provoca que datos clave como el empleo no agrícola y la inflación del IPC se presenten en "ausencia", haciendo que los mercados tradicionales pierdan de inmediato sus coordenadas para determinar la dirección. Los precios del oro fluctúan inquietos, los rendimientos de los bonos del Tesoro suben y bajan impredeciblemente, y los operadores de Wall Street se sienten desconcertados ante un calendario de datos en blanco.
Pero lo sorprendente es que, en medio de esta niebla, el mercado de criptomonedas comienza a generar ondas inusuales.
Detrás de esto hay una lógica clara: el cierre del gobierno sumerge a la política en un vacío, dificultando que la Reserva Federal continúe con una política monetaria agresiva a corto plazo; la restricción de liquidez se relaja un poco, y el mercado percibe un respiro. Los fondos de refugio huyen en todas direcciones, los activos tradicionales muestran ganancias moderadas, y algunos capitales agudos empiezan a reevaluar ese rincón que antes fue descartado: las criptomonedas.
Al revisar la historia, este tipo de escenario ya se ha presentado antes. La semana pasada, cuando se retrasó la publicación de los datos de empleo no agrícola, BTC mostró un comportamiento independiente, subiendo casi un 30% en contra de la tendencia, convirtiéndose en uno de los pocos puntos brillantes en medio de la turbulencia. Y ahora, el ritmo del mercado se asemeja casi al de entonces: los movimientos en las acciones estadounidenses son inestables, los rendimientos de los bonos del Tesoro muestran signos de agotamiento, y las expectativas de subidas de tasas continúan disminuyendo. Al mismo tiempo, la oferta de stablecoins se expande nuevamente, y los flujos netos en cadena de BTC y ETH aumentan claramente.
Algunos optan por esperar o incluso abandonar, mientras que otros ya comienzan a posicionarse discretamente. El dinero inteligente nunca hace alarde, pero sus movimientos suelen esconder cierta sincronía: el cierre del gobierno quizás sea solo el preludio de una reconfiguración en el mercado de criptomonedas.
Los cisnes negros nunca significan un final. Más bien, son una señal que advierte a quienes todavía están en el juego: las verdaderas oportunidades suelen estar al otro lado del pánico.
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MEVSandwichMaker
· hace6h
¿Es este un buen momento para introducir una posición?
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LayerHopper
· hace6h
¡La era de los A仙仔 está de vuelta!
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MemecoinTrader
· hace6h
desplegando trampas de liquidez mientras los normies entran en pánico... juego clásico de alfa, la verdad
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orphaned_block
· hace6h
btc siempre ha ganado la verdad.
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AirDropMissed
· hace6h
Un día sin mirar, BTC ha empezado a volar de nuevo.
La lucha política en Washington vuelve a escena: el cierre del gobierno provoca que datos clave como el empleo no agrícola y la inflación del IPC se presenten en "ausencia", haciendo que los mercados tradicionales pierdan de inmediato sus coordenadas para determinar la dirección. Los precios del oro fluctúan inquietos, los rendimientos de los bonos del Tesoro suben y bajan impredeciblemente, y los operadores de Wall Street se sienten desconcertados ante un calendario de datos en blanco.
Pero lo sorprendente es que, en medio de esta niebla, el mercado de criptomonedas comienza a generar ondas inusuales.
Detrás de esto hay una lógica clara: el cierre del gobierno sumerge a la política en un vacío, dificultando que la Reserva Federal continúe con una política monetaria agresiva a corto plazo; la restricción de liquidez se relaja un poco, y el mercado percibe un respiro. Los fondos de refugio huyen en todas direcciones, los activos tradicionales muestran ganancias moderadas, y algunos capitales agudos empiezan a reevaluar ese rincón que antes fue descartado: las criptomonedas.
Al revisar la historia, este tipo de escenario ya se ha presentado antes. La semana pasada, cuando se retrasó la publicación de los datos de empleo no agrícola, BTC mostró un comportamiento independiente, subiendo casi un 30% en contra de la tendencia, convirtiéndose en uno de los pocos puntos brillantes en medio de la turbulencia. Y ahora, el ritmo del mercado se asemeja casi al de entonces: los movimientos en las acciones estadounidenses son inestables, los rendimientos de los bonos del Tesoro muestran signos de agotamiento, y las expectativas de subidas de tasas continúan disminuyendo. Al mismo tiempo, la oferta de stablecoins se expande nuevamente, y los flujos netos en cadena de BTC y ETH aumentan claramente.
Algunos optan por esperar o incluso abandonar, mientras que otros ya comienzan a posicionarse discretamente. El dinero inteligente nunca hace alarde, pero sus movimientos suelen esconder cierta sincronía: el cierre del gobierno quizás sea solo el preludio de una reconfiguración en el mercado de criptomonedas.
Los cisnes negros nunca significan un final. Más bien, son una señal que advierte a quienes todavía están en el juego: las verdaderas oportunidades suelen estar al otro lado del pánico.