Los longevos presidentes africanos se mantienen en el poder: Paul Biya, de 92 años, acaba de ser reelegido presidente de Camerún, tras gobernar durante más de 43 años. Teodoro Obiang, de 83 años, acaba de ser reelegido presidente de Guinea Ecuatorial, después de gobernar durante 46 años. Denis Sassou Nguesso, de 80 años, acaba de ser reelegido presidente de la República del Congo, tras gobernar durante 41 años. Yoweri Museveni, de 80 años, acaba de ser reelegido presidente de Uganda, después de más de 39 años en el poder, entre otros. Su rasgo común es la lealtad militar férrea (las fuerzas de élite reprimen la disidencia como si fuera rutina), una red de élites corruptas (los líderes tribales y los comerciantes se reparten el botín a cambio de silencio) y el abrazo estratégico de grandes potencias externas (infraestructura a cambio de recursos, ayuda militar para prevenir golpes de estado, y la aceptación tácita de la lucha contra el terrorismo).
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Los longevos presidentes africanos se mantienen en el poder: Paul Biya, de 92 años, acaba de ser reelegido presidente de Camerún, tras gobernar durante más de 43 años. Teodoro Obiang, de 83 años, acaba de ser reelegido presidente de Guinea Ecuatorial, después de gobernar durante 46 años. Denis Sassou Nguesso, de 80 años, acaba de ser reelegido presidente de la República del Congo, tras gobernar durante 41 años. Yoweri Museveni, de 80 años, acaba de ser reelegido presidente de Uganda, después de más de 39 años en el poder, entre otros. Su rasgo común es la lealtad militar férrea (las fuerzas de élite reprimen la disidencia como si fuera rutina), una red de élites corruptas (los líderes tribales y los comerciantes se reparten el botín a cambio de silencio) y el abrazo estratégico de grandes potencias externas (infraestructura a cambio de recursos, ayuda militar para prevenir golpes de estado, y la aceptación tácita de la lucha contra el terrorismo).