Los inversores japoneses están presionando el botón de venta en acciones extranjeras, y el desencadenante parece claro: nerviosismo renovado en torno a los comentarios de la Reserva Federal junto con valoraciones elevadas. La reciente ola de cautela refleja una reevaluación más amplia entre los gestores de activos en Tokio, que han estado reduciendo su exposición a los mercados internacionales a medida que cambia el discurso de los bancos centrales y los ratios precio-beneficio parecen menos atractivos.

¿Qué está impulsando este movimiento? Las últimas señales de la Fed han inyectado una incertidumbre renovada en las expectativas de tasas, lo que ha provocado un comportamiento de aversión al riesgo en las carteras. Mientras tanto, las métricas de valoración de ciertas acciones extranjeras—especialmente en sectores tecnológicos sobrecalentados—están levantando cejas. Los actores institucionales japoneses, conocidos por su enfoque disciplinado, no están esperando a ver si la corrección se desarrolla.

Este retroceso no ocurre en aislamiento. Refleja un sentimiento cauteloso que se está extendiendo por los flujos de capital asiáticos, donde los inversores están reevaluando sus asignaciones a la luz de los vientos en contra macroeconómicos y los cambios en la política. Para quienes siguen las tendencias de inversión transfronteriza, la retirada de Japón de las acciones extranjeras es un dato que vale la pena observar: podría señalar una posición temprana antes de una recalibración más amplia del mercado.