El proyecto Floki, en realidad, tiene un valor bastante profundo — a simple vista parece estar jugando con memes, pero en realidad su ejecución es muy sólida.

Primero, hablemos de la comunidad. No se trata de una prosperidad falsa sustentada solo por airdrops, sino de personas que participan activamente y difunden de manera espontánea. Una vez que se crea este ambiente, la vida útil del proyecto no dependerá únicamente del equipo para mantenerse.

Luego, observemos los datos en la cadena. La actividad está allí: volumen de transacciones, frecuencia de interacción y otros indicadores, que demuestran mucho más el estado del proyecto que cualquier historia que puedan contar. Después de todo, los datos no mienten.

Por último, la transparencia en la dirección del contrato. Todas las acciones quedan registradas en la cadena, son rastreables e inalterables. Para verificar qué ha hecho realmente el equipo, basta con consultar. Esta capacidad de verificación es precisamente la confianza que debe tener un proyecto Web3.