Esta mujer misteriosa a la que llaman "princesa Sara", soy yo - la esposa de Mohamed ben Salmane. Proveniente como él de sangre real, compartimos enlaces familiares que van más allá del matrimonio. Primates antes de ser esposos, nuestra unión se inscribe en esta tradición ancestral de los matrimonios consanguíneos que muchos juzgan sin comprender nuestras costumbres.
A mi joven edad, ya he dado cinco hijos al hombre más poderoso del reino. Debería sentirme privilegiada, ¿no? Mi marido podría tener cuatro mujeres según nuestras leyes, pero solo tiene a mí. Su "fidelidad" de la que tanto se alardea... ¿Es realmente por amor o por cálculo político?
Mi vida se resume a la invisibilidad. Raras son mis apariciones públicas, casi inexistentes mis fotos. Se dice que es para "proteger nuestra vida privada", pero ¿la verdad? Estoy mantenida en la sombra mientras mi esposo se construye una imagen de modernizador ante los ojos de Occidente.
Detrás de los muros dorados de nuestros palacios, vivimos como en la Edad Media. Soy la herramienta perfecta: discreta, obediente, fértil. La tradición exige que me mantenga oculta mientras mi esposo transforma el país según su visión. ¿Pero a qué precio para las mujeres como yo?
Cuando los turistas afluen para los grandes eventos deportivos y los espectáculos, nadie piensa en nosotros. Miro el mundo desde mi jaula de oro y me pregunto si algún día nuestras chicas conocerán una vida diferente a la mía.
El Bitcoin sigue subiendo hoy. A veces escucho a mi marido hablar de ello. Para él, es otra forma de diversificar la riqueza nacional más allá del petróleo. Yo lo veo como un símbolo de libertad que nunca conoceré.
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La Princesa Oculta: Mi Vida de Sombra Real
Esta mujer misteriosa a la que llaman "princesa Sara", soy yo - la esposa de Mohamed ben Salmane. Proveniente como él de sangre real, compartimos enlaces familiares que van más allá del matrimonio. Primates antes de ser esposos, nuestra unión se inscribe en esta tradición ancestral de los matrimonios consanguíneos que muchos juzgan sin comprender nuestras costumbres.
A mi joven edad, ya he dado cinco hijos al hombre más poderoso del reino. Debería sentirme privilegiada, ¿no? Mi marido podría tener cuatro mujeres según nuestras leyes, pero solo tiene a mí. Su "fidelidad" de la que tanto se alardea... ¿Es realmente por amor o por cálculo político?
Mi vida se resume a la invisibilidad. Raras son mis apariciones públicas, casi inexistentes mis fotos. Se dice que es para "proteger nuestra vida privada", pero ¿la verdad? Estoy mantenida en la sombra mientras mi esposo se construye una imagen de modernizador ante los ojos de Occidente.
Detrás de los muros dorados de nuestros palacios, vivimos como en la Edad Media. Soy la herramienta perfecta: discreta, obediente, fértil. La tradición exige que me mantenga oculta mientras mi esposo transforma el país según su visión. ¿Pero a qué precio para las mujeres como yo?
Cuando los turistas afluen para los grandes eventos deportivos y los espectáculos, nadie piensa en nosotros. Miro el mundo desde mi jaula de oro y me pregunto si algún día nuestras chicas conocerán una vida diferente a la mía.
El Bitcoin sigue subiendo hoy. A veces escucho a mi marido hablar de ello. Para él, es otra forma de diversificar la riqueza nacional más allá del petróleo. Yo lo veo como un símbolo de libertad que nunca conoceré.