En el ámbito de las finanzas islámicas, el cumplimiento de los principios sharía juega un papel clave. Uno de los aspectos que suscita considerables discusiones es el comercio de futuros. Según investigaciones y opiniones de eruditos islámicos, este tipo de comercio se considera en general (haram) en el islam. Examinemos las razones de esta prohibición, basándonos en el Corán, los hadices y el consenso de los teólogos islámicos.
La esencia del comercio de futuros
El comercio de futuros implica la celebración de contratos para comprar o vender activos en el futuro a un precio acordado de antemano. Esta forma de comercio es ampliamente utilizada en los mercados de bienes y divisas, así como en el ámbito de los instrumentos financieros. A pesar de las oportunidades de cobertura y especulación, plantea una serie de cuestiones éticas y religiosas desde la perspectiva del islam.
Principios islámicos y comercio de futuros
Gharar (incertidumbre): Una de las principales razones para la prohibición del comercio de futuros en el islam es la existencia de una incertidumbre excesiva (gharar). El Sagrado Corán prohíbe claramente las transacciones que implican una incertidumbre y riesgo significativos. Los contratos de futuros a menudo implican el comercio de bienes que aún no existen o no están en posesión en el momento de la transacción, lo que lleva a la incertidumbre y posibles conflictos.
En el Corán se dice: "Oh, vosotros que habéis creído! No os apropiéis del patrimonio de unos a otros de manera ilegal, sino solo a través del comercio por mutuo acuerdo" (4:29).
Maysir (juegos de azar): El comercio de futuros puede tener similitudes con los juegos de azar (maysir), que están estrictamente prohibidos en el islam. La naturaleza especulativa del comercio de futuros, donde las ganancias se obtienen de las fluctuaciones de precios sin la propiedad o entrega real del activo subyacente, está estrechamente relacionada con los juegos de azar. El Corán condena los juegos de azar como una abominación y obra de Shaytán.
Como se dice en el Corán: "Oh, vosotros que habéis creído! En verdad, el vino, los juegos de azar, los altares de piedra y las flechas adivinatorias son una abominación de las obras de Shaitán. Así que apartaos de ello, quizás tengáis éxito" (5:90).
Riba (usura/intereses): Aunque el comercio de futuros en sí mismo puede no incluir intereses directos, los instrumentos financieros y mecanismos utilizados en dicho comercio a menudo los contienen. Las finanzas islámicas prohíben estrictamente cualquier forma de riba, considerándola explotadora e injusta. La participación en transacciones, incluso indirectamente relacionadas con riba, es inaceptable.
En el Corán se dice: "Los que consumen usura se levantarán como se levanta aquel a quien el Diablo ha derribado con su toque. Esto es porque dijeron: 'En verdad, el comercio es como la usura'. Pero Allah ha permitido el comercio y ha prohibido la usura" (2:275).
Consenso científico
Los eruditos islámicos de diversas escuelas de pensamiento se oponen consistentemente al comercio de futuros. La Academia Islámica de Fiqh, bajo la Organización de la Cooperación Islámica (OIC), emitió resoluciones declarando que el comercio de futuros es haram debido a los elementos de gharar, maisir y riba. Teólogos conocidos, como el jeque Yusuf al-Qaradawi y el jeque Muhammad Taqi Usmani, también han enfatizado la inadmisibilidad del comercio de futuros en sus trabajos y fatwas.
Conclusión
En resumen, el comercio de futuros se considera inaceptable en el islam debido a los elementos de incertidumbre, juego y posible involucramiento de intereses. El Corán, los hadices y el consenso de los eruditos islámicos brindan pautas claras sobre este asunto. Como musulmanes, estamos obligados a adherirnos a estos principios y a evitar participar en actividades que contradigan la enseñanza islámica. Al seguir este camino, mantenemos la integridad de nuestra fe y contribuimos a la creación de un sistema económico justo y ético.
Que Alá nos guíe a todos por el camino correcto y nos otorgue la sabiduría para distinguir entre lo permitido y lo prohibido. Amén.
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Una perspectiva científica sobre la prohibición del comercio de futuros en el islam
En el ámbito de las finanzas islámicas, el cumplimiento de los principios sharía juega un papel clave. Uno de los aspectos que suscita considerables discusiones es el comercio de futuros. Según investigaciones y opiniones de eruditos islámicos, este tipo de comercio se considera en general (haram) en el islam. Examinemos las razones de esta prohibición, basándonos en el Corán, los hadices y el consenso de los teólogos islámicos.
La esencia del comercio de futuros
El comercio de futuros implica la celebración de contratos para comprar o vender activos en el futuro a un precio acordado de antemano. Esta forma de comercio es ampliamente utilizada en los mercados de bienes y divisas, así como en el ámbito de los instrumentos financieros. A pesar de las oportunidades de cobertura y especulación, plantea una serie de cuestiones éticas y religiosas desde la perspectiva del islam.
Principios islámicos y comercio de futuros
Gharar (incertidumbre): Una de las principales razones para la prohibición del comercio de futuros en el islam es la existencia de una incertidumbre excesiva (gharar). El Sagrado Corán prohíbe claramente las transacciones que implican una incertidumbre y riesgo significativos. Los contratos de futuros a menudo implican el comercio de bienes que aún no existen o no están en posesión en el momento de la transacción, lo que lleva a la incertidumbre y posibles conflictos.
En el Corán se dice: "Oh, vosotros que habéis creído! No os apropiéis del patrimonio de unos a otros de manera ilegal, sino solo a través del comercio por mutuo acuerdo" (4:29).
Maysir (juegos de azar): El comercio de futuros puede tener similitudes con los juegos de azar (maysir), que están estrictamente prohibidos en el islam. La naturaleza especulativa del comercio de futuros, donde las ganancias se obtienen de las fluctuaciones de precios sin la propiedad o entrega real del activo subyacente, está estrechamente relacionada con los juegos de azar. El Corán condena los juegos de azar como una abominación y obra de Shaytán.
Como se dice en el Corán: "Oh, vosotros que habéis creído! En verdad, el vino, los juegos de azar, los altares de piedra y las flechas adivinatorias son una abominación de las obras de Shaitán. Así que apartaos de ello, quizás tengáis éxito" (5:90).
Riba (usura/intereses): Aunque el comercio de futuros en sí mismo puede no incluir intereses directos, los instrumentos financieros y mecanismos utilizados en dicho comercio a menudo los contienen. Las finanzas islámicas prohíben estrictamente cualquier forma de riba, considerándola explotadora e injusta. La participación en transacciones, incluso indirectamente relacionadas con riba, es inaceptable.
En el Corán se dice: "Los que consumen usura se levantarán como se levanta aquel a quien el Diablo ha derribado con su toque. Esto es porque dijeron: 'En verdad, el comercio es como la usura'. Pero Allah ha permitido el comercio y ha prohibido la usura" (2:275).
Consenso científico
Los eruditos islámicos de diversas escuelas de pensamiento se oponen consistentemente al comercio de futuros. La Academia Islámica de Fiqh, bajo la Organización de la Cooperación Islámica (OIC), emitió resoluciones declarando que el comercio de futuros es haram debido a los elementos de gharar, maisir y riba. Teólogos conocidos, como el jeque Yusuf al-Qaradawi y el jeque Muhammad Taqi Usmani, también han enfatizado la inadmisibilidad del comercio de futuros en sus trabajos y fatwas.
Conclusión
En resumen, el comercio de futuros se considera inaceptable en el islam debido a los elementos de incertidumbre, juego y posible involucramiento de intereses. El Corán, los hadices y el consenso de los eruditos islámicos brindan pautas claras sobre este asunto. Como musulmanes, estamos obligados a adherirnos a estos principios y a evitar participar en actividades que contradigan la enseñanza islámica. Al seguir este camino, mantenemos la integridad de nuestra fe y contribuimos a la creación de un sistema económico justo y ético.
Que Alá nos guíe a todos por el camino correcto y nos otorgue la sabiduría para distinguir entre lo permitido y lo prohibido. Amén.