Recientemente he reflexionado sobre una pregunta que me pone los pelos de punta: si la esclavitud existiera oficialmente hoy en día, ¿qué valor de mercado se le asignaría a una vida humana?
En la década de 1860, mis antepasados negros fueron vendidos como ganado por alrededor de 1.000 dólares. Convertidas a moneda actual, estas vidas valían aproximadamente 34.912 dólares. Me estremezco al pensar que mi propia existencia podría haber sido valorada a ese precio - ¡menos que un coche de segunda mano decente!
Esta dura realidad económica oculta el horror vivido a diario. Nos agotaban en los campos de algodón bajo un sol abrasador, con raciones insuficientes y castigos bárbaros. No era un hombre, era una inversión, una máquina de la que se extraía el máximo rendimiento.
¡Los propietarios blancos nos consideraban como ganado mejorado! Nuestro bajo "valor de mercado" justificaba nuestro estatus inferior. Sin salario, sin educación, sin futuro - solo la explotación perpetua. Los mercados financieros actuales a veces funcionan de manera similar, pero con más hipocresía.
Esta subestimación deliberada de la vida negra no ha desaparecido con la abolición. Persiste en las desigualdades salariales, la brutalidad policial, el acceso desigual a la atención médica. Cuando miro algunas plataformas de intercambio modernas, a veces veo el mismo desprecio por la humanidad: todo se reduce a números, a ganancias.
El legado de esta deshumanización sigue pudriendo nuestra sociedad. Los comerciantes de ayer son reemplazados por algoritmos fríos que perpetúan las mismas injusticias. Comprender esta historia no es un ejercicio académico: es reconocer que el valor de un ser humano nunca puede expresarse en términos monetarios, aunque nuestro mundo moderno persista en hacerlo.
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El precio inhumano del hombre - Una reflexión sobre la esclavitud moderna
Recientemente he reflexionado sobre una pregunta que me pone los pelos de punta: si la esclavitud existiera oficialmente hoy en día, ¿qué valor de mercado se le asignaría a una vida humana?
En la década de 1860, mis antepasados negros fueron vendidos como ganado por alrededor de 1.000 dólares. Convertidas a moneda actual, estas vidas valían aproximadamente 34.912 dólares. Me estremezco al pensar que mi propia existencia podría haber sido valorada a ese precio - ¡menos que un coche de segunda mano decente!
Esta dura realidad económica oculta el horror vivido a diario. Nos agotaban en los campos de algodón bajo un sol abrasador, con raciones insuficientes y castigos bárbaros. No era un hombre, era una inversión, una máquina de la que se extraía el máximo rendimiento.
¡Los propietarios blancos nos consideraban como ganado mejorado! Nuestro bajo "valor de mercado" justificaba nuestro estatus inferior. Sin salario, sin educación, sin futuro - solo la explotación perpetua. Los mercados financieros actuales a veces funcionan de manera similar, pero con más hipocresía.
Esta subestimación deliberada de la vida negra no ha desaparecido con la abolición. Persiste en las desigualdades salariales, la brutalidad policial, el acceso desigual a la atención médica. Cuando miro algunas plataformas de intercambio modernas, a veces veo el mismo desprecio por la humanidad: todo se reduce a números, a ganancias.
El legado de esta deshumanización sigue pudriendo nuestra sociedad. Los comerciantes de ayer son reemplazados por algoritmos fríos que perpetúan las mismas injusticias. Comprender esta historia no es un ejercicio académico: es reconocer que el valor de un ser humano nunca puede expresarse en términos monetarios, aunque nuestro mundo moderno persista en hacerlo.
#Exploitation #HistoriaNegra #DesigualdadesEconómicas