El genio malinterpretado: cómo una mujer supera a las mentes más brillantes del mundo

No puedo creer que esté escribiendo sobre una mujer que me hace sentir intelectualmente inadecuado. Marilyn vos Savant - el nombre por sí solo suena como si alguien hubiera creado un personaje para una novela de ciencia ficción sobre superinteligencia. Su IQ de 228 hace que Einstein parezca que necesitaba clases de recuperación. No es hipérbole; el IQ estimado de Einstein de 160-190 palidece literalmente en comparación. ¿Y Musk con 155? Por favor. El hombre puede construir cohetes, pero Marilyn probablemente podría rediseñarlos en su sueño.

Lo que más me enfurece de su historia no es su inteligencia, sino cómo los hombres con títulos elegantes la trataron cuando se atrevió a tener razón sobre el problema de Monty Hall. ¡Diez mil cartas de mansplaining! ¡Mil PhDs diciéndole que está equivocada! Y mi crítica personal favorita: "Quizás las mujeres ven los problemas matemáticos de manera diferente a los hombres." Traducción: "Tu cerebro de mujer debe estar confundido por todos esos números."

He estado en situaciones similares (aunque con significativamente menos matemáticas involucradas). Cuando tienes razón y todos te gritan, es frustrante. Mientras ellos estaban ocupados escribiendo cartas condescendientes, las simulaciones por computadora en MIT estaban validando su respuesta. ¡Incluso MythBusters lo confirmó! El rompecabezas de probabilidad ni siquiera es tan complejo una vez que lo desglosas: es probabilidad condicional básica, no física cuántica.

Lo que realmente es revelador es cuántos académicos se negaron a admitir su error incluso después de que se les mostró evidencia. Sus egos no podían soportar ser superados por alguien a quien consideraban inferior: ¡una mujer que, además, abandonó la universidad! El establecimiento académico ama pretender que está por encima de los prejuicios mezquinos, pero este incidente revela la fea verdad.

Su historia de vida me enoja aún más por cómo fue tratada. A los 10 años, había memorizado libros enteros mientras yo todavía intentaba entender las tablas de multiplicar. ¡Leyó toda la Enciclopedia Británica! Sin embargo, a pesar de su mente extraordinaria, tuvo que abandonar la universidad para apoyar a su familia. ¿Cuántas otras mentes brillantes hemos perdido por las circunstancias?

No se trata solo de un rompecabezas de probabilidades. Se trata de quién tiene la razón en nuestra sociedad. Incluso con el coeficiente intelectual más alto registrado en la historia, Marilyn tuvo que luchar para que la tomaran en serio. Pero se mantuvo firme contra una avalancha de críticas, demostrando que a veces la voz solitaria en el desierto es la que dice la verdad.

No es de extrañar que se convirtiera en columnista en lugar de unirse a la academia. Con ese nivel de arrogancia institucional, ¿quién querría hacerlo?

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