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¿Quién debería elegir el poseedor de tokens? ¿Recompra y quema o distribución de dividendos para activar una nueva estrategia de aumento de valor del token?

Autor: Nancy, PANews

11 de noviembre, la plataforma líder en DEX Uniswap propuso un mecanismo de recompra y quema que ha generado gran discusión, además de convertir la captura de valor de los tokens en un tema de debate en el mercado, con altos ejecutivos de proyectos como Curve y Solana expresando públicamente sus posiciones.

En los mercados bursátiles tradicionales, la recompra, cancelación y dividendos son métodos comunes de gestión de capital. Especialmente en períodos de mercado bajista y expectativas de ganancias presionadas, estas medidas suelen considerarse “válvulas de alivio”. Actualmente, estas herramientas de gestión de valor también están ganando popularidad en el mercado de criptomonedas, con cada vez más proyectos utilizándolas para aumentar el valor de los tokens, fortalecer la confianza de los poseedores y crear ciclos de incentivos positivos.

La recompra se ha convertido en una estrategia popular, cuyo efecto depende de una ejecución transparente y del entorno del mercado

La recompra, en términos simples, consiste en que una empresa utiliza sus fondos disponibles para comprar en el mercado abierto acciones de su propia compañía, reduciendo así el número total de acciones en circulación y transmitiendo confianza al mercado.

Apple ha sido uno de los ejemplos más destacados de recompra de acciones en EE. UU. en los últimos años. En los últimos diez años, Apple ha recomprado acciones por un valor total de 704 mil millones de dólares, una cifra que no solo supera la mayor parte de las empresas en el índice S&P 500 en valor de mercado, sino que también ha sido una estrategia clave para mantener los retornos a los accionistas. Sin embargo, este tipo de ingeniería financiera se considera insuficiente para sostener un crecimiento futuro.

La ola de recompras en el mercado de criptomonedas también está acelerándose, especialmente en el ámbito de DeFi, donde ofrece a los proyectos herramientas flexibles para gestionar modelos económicos de tokens y optimizar incentivos ecológicos. Según datos de CoinGecko publicados en octubre, en 2025, 28 proyectos de tokens han realizado recompras por un total que supera los 1.4 mil millones de dólares, con un gasto mensual promedio de aproximadamente 14.6 millones de dólares. Sin embargo, la escala de recompras varía significativamente: los diez principales proyectos en recompra representan el 92% del total, con Hyperliquid contribuyendo con el 46% de ese monto. En contraste, otros proyectos tienen recompras mucho menores, en decenas de miles o millones de dólares.

No obstante, la reacción del mercado a las estrategias de recompra no siempre es positiva, y en muchos casos el precio del token no aumenta de manera significativa. Las razones principales incluyen: por un lado, aunque la recompra puede reducir la circulación y crear una sensación de escasez, la mayoría de los proyectos carecen de demanda interna, y el precio está más influenciado por la tendencia del mercado, la liquidez y las narrativas; por otro lado, la efectividad de la recompra depende de la sostenibilidad de los ingresos y los fundamentos del negocio, y la mayoría de los proyectos tienen ingresos limitados o cíclicos, dificultando un soporte a largo plazo. Por ejemplo, Hyperliquid, con ingresos sólidos, puede impulsar efectivamente el aumento del precio mediante recompra; mientras que Pump.fun, cuya fuente de ingresos está claramente influenciada por la tendencia de MEME, solo puede generar movimientos de precios a corto plazo.

Amir Hajian, director de investigación de Keyrock, también comenta que la ola de recompra en criptomonedas está poniendo a prueba la madurez financiera del sector. Aunque la recompra busca enviar señales de confianza reduciendo la oferta en circulación, la mayoría de los gastos provienen de las reservas en lugar de ingresos recurrentes, lo que podría agotar el espacio operativo futuro. Para lograr una verdadera madurez, los protocolos deben ir más allá del gasto impulsado por la especulación, adoptando una postura moderada y vinculando las recompras a métricas de valoración, flujo de caja y condiciones de mercado, por ejemplo, mediante mecanismos basados en disparadores o opciones. Sugiere que, solo cuando los ingresos sean estables, las reservas abundantes y la valoración indique que el token está subvalorado, se deberían realizar recompras, enfatizando que la verdadera medida es la disciplina, no la política de recompra en sí misma.

“Las recompras son más justas para cada poseedor, ya que todos pueden beneficiarse del precio spot. Además, desde un punto de vista fiscal, son más eficientes para la mayoría. También son más fáciles de entender y difundir entre los minoristas. Sin embargo, no todas las recompras son iguales. Por ejemplo, Fluid y Lido (en fase de propuesta) solo activan recompra cuando los ingresos superan cierto umbral, lo que puede proteger las reservas en mercados bajistas y mantener la sostenibilidad sin agotar los fondos. Estudios muestran que, cuando la liquidez es escasa, las recompras tienen un impacto más fuerte en el precio (¿ese efecto se neutraliza cuando los traders venden tras la recompra?), y proyectos como Maker y Lido llevan esto más allá, emparejando tokens recompra con ETH o stablecoins en pools de liquidez, lo que aumenta la liquidez y reduce la oferta”, señala Ignas, investigador de DeFi.

La recompra no es suficiente, la quema impulsa la narrativa deflacionaria

Pero además, muchos proyectos carecen de transparencia en sus operaciones de recompra, sin detalles claros sobre mecanismos (como condiciones de disparo, cantidad recompra, origen y uso de fondos), lo que dificulta verificar la autenticidad y el propósito de las recompra. En particular, las recompra sin mecanismos de quema pueden resultar en que los tokens recomprados se vuelvan a vender o utilicen como incentivos, volviendo a ingresar al mercado en corto plazo. Por ejemplo, Binance solicitó recompra de tokens en proyectos como Movement y MyShell, y recientemente estos volvieron a transferir los activos recomprados a exchanges.

En los mercados de capital, no todas las recompras realmente aumentan el valor para los accionistas. La recompra y cancelación se considera la forma más valiosa, ya que la empresa usa fondos reales para comprar acciones y cancelarlas, reduciendo permanentemente la cantidad en circulación y elevando las ganancias por acción y el valor para los accionistas. Esto contrasta con recompras que solo sirven para stock options o acciones en inventario, que pueden esconder presiones de venta futuras y no generan un valor duradero.

De manera similar, en el mercado de criptomonedas, la “quema” (Burn) se considera una forma de “recompra real”, que refuerza el sentimiento del mercado y aumenta las expectativas de precio. Desde una perspectiva económica, la quema es una herramienta deflacionaria que busca fortalecer el valor a largo plazo del token, siendo parte del diseño del modelo económico del token.

El influencer de criptomonedas @qinbafrank señala que, para activos en crecimiento (como acciones tecnológicas y criptomonedas), la recompra y quema suele ser preferible a los dividendos. Cuando los ingresos del protocolo permanecen iguales, la recompra y quema aumentan el valor intrínseco de cada token, actuando como una externalidad positiva que se inyecta directamente en el modelo económico del token. En cambio, los dividendos entregan efectivo a los poseedores, quienes pueden optar por vender, sin reflejar un crecimiento en los beneficios del token. Por ejemplo, BNB ha realizado 33 quemas trimestrales desde su ICO, destruyendo en total el 31% de sus tokens, reduciendo su emisión de 200 millones a 138 millones, con una caída en mercado bajista menor que la de Bitcoin.

A diferencia de los mercados tradicionales, la volatilidad y el sentimiento en las criptomonedas son más extremos, y los efectos de la quema se amplifican en ciclos: en mercados alcistas, puede impulsar los precios; en bajistas, la demanda débil limita el efecto deflacionario. Además, la quema suele ser interpretada como una señal positiva, generando especulación a corto plazo, pero cuando la euforia desaparece, los precios pueden caer rápidamente. Desde la perspectiva operativa, la quema también implica redistribución de recursos, y algunos proyectos la usan como estrategia de marketing para crear escasez y obtener confianza a corto plazo, sin garantizar un valor sostenido, e incluso reduciendo recursos para I+D, incentivos ecológicos o expansión de mercado.

Otro riesgo importante es la veracidad de los datos: no todas las quemas anunciadas pueden verificarse en la cadena, y algunos proyectos podrían reportar datos falsos, duplicados o realizar “falsas quemas”. Por ejemplo, Crypto.com anunció en marzo que reemitió 70 mil millones de CRO que había prometido “quedar permanentemente quemados” en 2021. Por ello, los inversores deben evaluar el impacto real de la quema en la circulación, considerando datos en cadena, cambios en la distribución de tokens y movimientos de fondos de los proyectos.

La oportunidad de dividendos abre la era de ingresos pasivos

En los mercados tradicionales, los dividendos son una forma en que las empresas recompensan a los accionistas y también sirven para gestionar la valoración. Los tipos comunes incluyen dividendos en efectivo, acciones gratuitas y aumentos de capital. Los dividendos reflejan la rentabilidad y la liquidez de la empresa, y son un indicador clave para evaluar el valor y atractivo de una compañía. Sin embargo, suelen provocar una caída en el precio en el corto plazo. Para empresas en crecimiento, dividendos elevados pueden limitar su potencial de desarrollo a largo plazo; y para inversores que buscan apreciación de capital, los dividendos pueden ser menos atractivos que la subida del precio del activo.

A diferencia de los dividendos tradicionales, en los proyectos de criptomonedas no se distribuyen directamente beneficios en efectivo, sino que se ofrecen mecanismos para generar ingresos pasivos o recompensas a los poseedores, como recompensas en tokens, reparto de tarifas, intereses y airdrops. Estos mecanismos no solo generan beneficios para los inversores, sino que también apoyan la seguridad, liquidez y participación activa en la red. Según un informe de Keyrock, las 12 principales plataformas DeFi gastaron aproximadamente 800 millones de dólares en recompra y distribución de dividendos en 2025, un aumento del 400% respecto a principios de 2024.

Por ejemplo, los usuarios pueden participar en la validación o gobernanza de la red mediante staking, obteniendo recompensas y fortaleciendo la seguridad y el consenso. Además, pueden emplear yield farming para aportar liquidez a pools y obtener recompensas, aumentando la liquidez del mercado. Algunos proyectos también distribuyen parte de las tarifas de la plataforma a los poseedores, incentivando la tenencia a largo plazo y la participación en la gobernanza.

Según Ignas, investigador de DeFi, prefiere el staking y el locking, ya que los no participantes en realidad están subsidiando a los participantes activos. Por ejemplo, si CRV genera 10 millones de dólares en ingresos y solo el 50% está en staking, solo los staking reciben beneficios, mientras que los poseedores en exchanges centralizados no obtienen nada. Además, bloquear tokens solo es una suspensión temporal de la circulación, y eventualmente pueden desbloquearse y volver a ingresar al mercado.

En comparación con los mercados tradicionales, los mecanismos de dividendos en criptomonedas ofrecen múltiples ventajas, como obtener ingresos estables sin necesidad de realizar transacciones activas; el staking o bloqueo de tokens otorga derechos de voto en gobernanza, fortaleciendo la comunidad; muchos protocolos soportan recompuestos automáticos, logrando efectos de interés compuesto; el acceso es sencillo, con bajos umbrales de inversión; la transparencia en los ingresos, tarifas y beneficios del protocolo permite verificaciones en tiempo real en la cadena; y los tokens de dividendos también tienen potencial de apreciación de activos.

Pero también existen riesgos, como vulnerabilidades en contratos inteligentes o centralización del protocolo que puedan causar robos o transferencias no autorizadas; pérdidas impermanentes al proveer liquidez; volatilidad que puede disminuir el valor de los activos y anular los beneficios o incluso causar pérdidas de capital; liquidaciones forzadas en préstamos por caída en el valor de colaterales; y el coste de oportunidad por el bloqueo de fondos, que puede hacer perder otras oportunidades de inversión. Además, en comparación con la recompra y quema, los mecanismos de dividendos pueden atraer atención regulatoria y ser considerados como valores. Por ejemplo, el caso de UNI, que ha enfrentado retrasos o suspensiones en propuestas relacionadas con tarifas, debido a riesgos regulatorios.

UNI-12.54%
CRV-6.68%
HYPE-2.76%
PUMP-10.62%
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