En agosto de 2020, una destacada empresa de software de inteligencia empresarial (BI), MicroStrategy, transformó su modelo de negocio y adoptó Bitcoin como principal activo de reserva en su tesorería. Esta decisión estratégica elevó notablemente el perfil de la compañía y aceleró la adopción generalizada del término “DATCO” (Digital Asset Treasury Company). Desde entonces, MicroStrategy se ha consolidado como un referente en los sectores financiero y de las criptomonedas.
Michael Saylor, cofundador y presidente ejecutivo de MicroStrategy, lideró la entrada de la empresa en Bitcoin en agosto de 2020. Fotógrafa: Ronda Churchill / Bloomberg
Durante años, los departamentos de tesorería de las empresas se dedicaban exclusivamente a gestionar efectivo, bonos y otros activos fiduciarios. La irrupción de las empresas de tesorería de activos digitales está alterando este enfoque. Con el auge de los activos digitales, los equipos de tesorería se plantean cada vez más si deben incluir estos activos en sus carteras o incluso situarlos en el centro de su estrategia. Este cambio ha originado una nueva generación de empresas cotizadas—Digital Asset Treasury Companies (DATCO)—que despiertan enorme interés en el sector fintech. En Forbes, el presidente de Coinfund, Chris Perkins, calificó el verano de 2025 como “un verano para recordar para los DATCOs”.
Sin embargo, a medida que crece el entusiasmo en el mercado, surge una pregunta esencial: ¿los inversores apuestan por estas empresas por sus estrategias sólidas y a largo plazo, o simplemente buscan especular con la revalorización de los activos?
Fundada por Michael Saylor en 1989, MicroStrategy fue pionera en inteligencia empresarial, especializada en software de análisis de datos que facilitaba la toma de decisiones corporativas. Tras su salida a bolsa en 1998, Saylor se convirtió en la persona más rica de Washington D.C. a principios de 2000.
MicroStrategy despuntó durante la era de las puntocom. Aunque afrontó controversias iniciales y nunca recuperó su máximo, la compañía mantuvo un negocio de software exitoso. (Fuente de la imagen: CFOTO / Future Publishing, licencia vía Getty Images)
En marzo de 2000, la empresa se enfrentó a una crisis: errores contables obligaron a reformular sus resultados financieros de los dos años previos. La cotización cayó un 62 % en un día tras el anuncio, lo que provocó una investigación de la SEC y eliminó miles de millones del patrimonio de Saylor.
Después del estallido de la burbuja puntocom, MicroStrategy pasó dos décadas como una empresa de software “respetada pero discreta”—rentable gracias a las ventas de software, pero en dura competencia con gigantes como Microsoft y Oracle. Aunque Saylor conservó el control, la influencia de la empresa palideció respecto a su época de esplendor.
En agosto de 2020, Saylor lideró la conversión de MicroStrategy en una DATCO, invirtiendo 250 millones de dólares en la compra de más de 21 000 Bitcoins. Al 15 de septiembre de 2025, la empresa posee cerca de 640 000 Bitcoins valorados en 47,2 mil millones de dólares. En ese tiempo, la capitalización bursátil de MicroStrategy se multiplicó por más de 27 (un 92,0 % de crecimiento anualizado), captando una atención extraordinaria entre los profesionales de las finanzas y la tecnología.
Los DATCOs son comparables a los “Permanent Capital Vehicles (PCVs)” de infraestructuras energéticas y bienes inmuebles, como los Master Limited Partnerships (MLPs) o los Real Estate Investment Trusts (REITs). Como estos vehículos, los DATCOs ofrecen a los inversores una alternativa innovadora y, en muchos casos, superior para invertir en activos a largo plazo e ilíquidos.
Los Master Limited Partnerships (MLPs) han sido durante décadas la columna vertebral financiera de las inversiones en energía e infraestructuras. (Fuente de la imagen: Getty Images)
Las empresas operativas recurren al capital permanente por muchas razones. En sectores donde el valor tarda años en materializarse, el capital permanente se considera “capital paciente”: a diferencia de los fondos de capital privado o venture capital tradicionales, que suelen tener ciclos de siete a diez años, los PCVs están diseñados para ser “evergreen”, permitiendo a emisores y compañías alinear operaciones y crecimiento a largo plazo.
Los vehículos de capital permanente nacieron para responder a la demanda de “estructuras de inversión orientadas a la creación de valor a largo plazo”, especialmente en mercados privados. Ofrecen a los inversores acceso más estable, paciente y flexible a activos de alto potencial.
Estos vehículos permiten acceder a capital privado, crédito privado, inmuebles y otros “activos nicho o ilíquidos de mercado privado”—tradicionalmente reservados a inversores institucionales. Aunque los mercados de activos digitales son cada vez más accesibles, los inversores minoristas siguen enfrentando dificultades para navegar el extenso abanico de productos y métodos de participación complejos.
Los vehículos de capital permanente también ofrecen mayor flexibilidad respecto a suscripciones y reembolsos de inversores (por ejemplo, ventanas de liquidez trimestrales o anuales)—una ventaja clave frente a los fondos privados tradicionales, que exigen el bloqueo total del capital durante todo su periodo de vida.
Para gestores de fondos y directivos de empresas, el capital estable y continuado elimina la “captación de fondos constante”, permitiendo centrarse en la gestión, las operaciones de inversión y la generación de retornos—lo que refuerza su capacidad para superar las oscilaciones de mercado a corto plazo. El liderazgo puede ejecutar estrategias a largo plazo sin verse obligado a reaccionar ante presiones inmediatas del mercado.
La esencia de una Digital Asset Treasury Company (DATCO) es clara: una empresa cotizada que mantiene “activos digitales significativos en su balance” como principal actividad empresarial. A diferencia de compañías convencionales que ven las criptomonedas como una inversión marginal o una herramienta operativa, el modelo de negocio de una DATCO se centra exclusivamente en la acumulación y gestión de activos digitales. MicroStrategy definió el estándar en agosto de 2020 al convertir su efectivo en Bitcoin.
Los DATCOs son únicos por su “doble identidad”: son empresas cotizadas y vehículos de mercado de capitales que ofrecen a los inversores exposición directa a activos digitales concretos. Para el inversor, esto supone una alternativa atractiva—no necesita poseer los activos digitales directamente ni a través de un ETF; accede a ellos mediante DATCO. Invertir en DATCO se considera una alternativa “de alta beta y apalancada” respecto al activo subyacente, permitiendo amplificar la exposición mediante estructuras de renta variable conocidas.
Este modelo se basa en un “ciclo reflexivo”, que permite un crecimiento veloz en mercados favorables: si el precio de los activos digitales (como Bitcoin) sube, la acción de DATCO suele cotizar con prima sobre su valor neto de activos (NAV). Esta prima permite a la compañía emitir nuevas acciones con sobreprecio mediante programas ATM (“at-the-market”), captar fondos para adquirir más activos digitales y aumentar el valor por acción para los accionistas existentes.
Este bucle de retroalimentación positiva es un potente motor de crecimiento, aunque frágil—muy dependiente del sentimiento de mercado y de la apreciación sostenida de los activos.
Aunque los DATCOs parezcan novedosos, recuerdan a antiguos “vehículos apalancados para clases de activos específicas”. Vehículos como los REITs y los MLPs siguen principios similares: aprovechar condiciones de mercado favorables y capital barato para generar retornos.
Los REITs se dedican a poseer, operar o financiar inmuebles generadores de ingresos. Cuando cotizan con prima sobre el NAV, emiten acciones para captar capital y adquirir propiedades—creando un círculo virtuoso. Sin embargo, este modelo es sensible a cambios en los tipos de interés, recesiones y al sentimiento del mercado. Si desaparecen las primas, el capital barato se agota y los REITs quedan expuestos a la presión de devolver deuda y adquirir activos.
En el sector energético, los MLPs comparten paralelismos históricos con los DATCOs. Los MLPs gestionan infraestructuras energéticas (por ejemplo, oleoductos y gasoductos), y su valor depende directamente de la salud del sector y de los precios de las materias primas. Históricamente, recurren a los mercados de capitales para financiarse y muestran una exposición muy apalancada a sus activos subyacentes. Al igual que los DATCOs, los MLPs permiten invertir en clases de activos específicas a través de vehículos cotizados y con ventajas fiscales.
Los riesgos principales—fragilidad financiera, dependencia de primas especulativas y sensibilidad a la volatilidad del mercado—afectan igualmente a los DATCOs. Estos desafíos no son exclusivos de los activos digitales; son inherentes a cualquier “vehículo de capital permanente apalancado vinculado a una clase de activos concreta”.
El éxito a largo plazo en este ámbito exige construir empresas sólidas y generadoras de valor capaces de superar los ciclos bajistas inevitables—y no solo beneficiarse del “ciclo reflexivo”.
Las perspectivas de crecimiento a corto plazo de las Digital Asset Treasury Companies centran el debate del mercado. Los optimistas confían en que diversos factores impulsarán su expansión.
Los senadores estadounidenses Tim Scott (R-SC) y Cynthia Lummis (R-WY) han liderado la apuesta por una mayor transparencia en la regulación de activos digitales. Fotógrafo: Liam Kennedy / Bloomberg
En primer lugar, la transparencia regulatoria está creciendo. Mientras gobiernos—incluido el estadounidense—desarrollan marcos más estructurados para los activos digitales, la confianza institucional aumenta. Los reguladores han pasado de la “observación cautelosa” a la “exploración activa de la integración de activos digitales en el sistema financiero”, lo que crea un entorno empresarial y de inversión más predecible.
Ilustraciones de altcoins como Ethereum, Ripple y Litecoin. Para los DATCOs que buscan diversificarse más allá de Bitcoin, estos activos pueden abrir nuevas oportunidades. (Fuente de la imagen: Jack Taylor / Getty Images)
En segundo lugar, la adopción institucional de activos digitales es irreversible. Según la Encuesta Institucional de EY de 2025, la mayoría de las instituciones planea aumentar su asignación a activos digitales, con el objetivo de diversificar sus carteras. El interés se extiende más allá de Bitcoin, abarcando Ethereum, activos reales tokenizados (como bonos del Tesoro tokenizados) y stablecoins. En los próximos años, la tokenización de activos tradicionales se prevé como una industria de billones de dólares, abriendo oportunidades enormes para los DATCOs. El auge de las stablecoins lo demuestra—la exitosa salida a bolsa de Circle en junio de 2025 subraya una capitalización de mercado de stablecoins superior a 307 mil millones de dólares, tres veces mayor que el mercado DATCO.
Por último, los activos digitales ofrecen ventajas únicas—liquidaciones más rápidas, menores costes de financiación y mayor transparencia—lo que los hace atractivos para tesoreros corporativos que buscan optimizar la gestión de caja y generar nuevo valor. Las fintech están desarrollando soluciones para que los DATCOs alcancen mayor eficiencia operativa.
Sin embargo, como otros vehículos de capital permanente, el modelo DATCO implica riesgos significativos. Su principal debilidad es el “ciclo reflexivo” basado en las primas de cotización. El modelo funciona bien en mercados alcistas, pero si el sentimiento se vuelve negativo, el ciclo puede invertirse rápidamente. La pérdida de la prima puede provocar un bucle negativo: las empresas que buscan capital pueden sufrir una fuerte dilución accionarial o costes de deuda elevados.
Al igual que los REITs, la valoración de los activos de DATCO depende de factores externos como los tipos de interés y los costes de capital. (Fuente de la imagen: Charles Krupa / AP, imagen de archivo)
Esto plantea otra cuestión fundamental: el coste de capital. Muchos DATCOs no tienen ingresos operativos significativos y dependen casi exclusivamente de los mercados de capitales. Emitir acciones con prima es una herramienta poderosa, pero no la única—algunos recurren a bonos convertibles y otros instrumentos de deuda. La dependencia de la deuda puede debilitar a la organización; ante recesiones, refinanciar y atender la deuda puede convertirse en un riesgo crítico. Para compañías cuya valoración de mercado está fuertemente apalancada al precio del activo subyacente, la estabilidad financiera es aún más vulnerable.
Además, centrarse excesivamente en la revalorización de activos puede llevar a inversores y directivos a ignorar los “costes ocultos” de mantener activos digitales. Más allá de la inversión inicial, los costes recurrentes de custodia, seguridad, cumplimiento y gestión de riesgos son elevados. Dada la alta volatilidad de los mercados de activos digitales, las empresas deben contar con sólidos marcos de riesgos, buen gobierno y excelencia operativa para protegerse de fraudes y ciberataques. Descuidar estos factores supone riesgos sustanciales.
De cara al futuro, el mercado DATCO tenderá a segmentarse. Los líderes a largo plazo tendrán que ir más allá de la estrategia “buy and hold” y generar rendimientos sostenibles a partir de sus activos digitales.
Las estrategias incluyen desarrollar productos o servicios complementarios, apostar por la integración vertical o participar en protocolos DeFi (como staking y préstamos) para obtener ingresos adicionales. El staking destaca especialmente—permite incrementar las posiciones en los activos subyacentes y el valor por acción sin emitir más títulos.
Los DATCOs más exitosos demuestran modelos de negocio robustos que van más allá del apalancamiento basado en el mercado. Al integrar puntos clave de la cadena de valor de los activos digitales (custodia, negociación, gestión de activos), pueden mejorar el control y la eficiencia operativa, ofreciendo una experiencia de usuario integrada y ágil.
La integración vertical reduce la dependencia de terceros—minimiza riesgos y abarata costes de intermediación. Un control más exhaustivo de la cadena de valor permite a los DATCOs entender mejor el comportamiento de los usuarios y las tendencias del mercado, impulsando la innovación y el desarrollo de productos demandados.
Los DATCOs colaboran con proveedores de monederos como MetaMask para generar rentabilidad con los activos de tesorería. Fotógrafa: Gabby Jones / Bloomberg
El atractivo de las Digital Asset Treasury Companies es claro—prometen retornos amplificados y marcan el inicio de una nueva era en la gestión financiera corporativa. Sin embargo, inversores y analistas deben mirar más allá de la “apreciación de activos” y centrarse en lo esencial: el verdadero indicador de fortaleza de un DATCO no es la magnitud de sus activos digitales en mercados alcistas, sino su capacidad para gestionar la volatilidad, controlar los costes de financiación y consolidar un modelo de negocio sostenible, resistente ante las recesiones. Las compañías que dominen estos aspectos serán quienes definan el futuro del ecosistema financiero como referentes.