En el sector cripto solo hay un camino: dejar de estar en los márgenes y convertirse en la corriente principal.
El 29 de octubre (UTC), la capitalización de NVIDIA superó los 5 billones de dólares, convirtiéndose en la primera empresa cotizada que alcanza este nivel. El sector cripto se vio conmocionado, no solo porque la valoración de NVIDIA supera la capitalización conjunta de todas las criptomonedas (4 billones de dólares), sino porque tanto NVIDIA como el sector de la inteligencia artificial están expandiendo los límites de la innovación y explorando nuevas vías de crecimiento. En cambio, las criptomonedas siguen viéndose atrapadas en un juego de suma cero, donde muchos no sólo no generan riqueza, sino que pierden sus perspectivas de futuro.
Los profesionales de la IA conversan cada día sobre temas de vanguardia como vehículos autónomos, robótica, biotecnología o exploración espacial—cómo la IA está revolucionando estos sectores. En el sector cripto, como apuntó un experto del sector, la conversación suele girar en torno a gatos, perros, ranas, memes chinos, qué token será listado en Binance Alpha, qué famoso ha dado like o ha retuiteado… pero, tras el hype, lo que predomina es la incertidumbre y la desilusión.
Las caídas recurrentes de altcoins y tendencias meme pueden ayudar a los profesionales cripto a reencontrar su propósito. El futuro sostenible de las criptomonedas solo llegará si la tecnología se conecta con la utilidad real. Deben convertirse en una herramienta de avance tecnológico, no únicamente en un espacio para la especulación.
La realidad actual es la siguiente: las stablecoins en dólares estadounidenses suman ya 250 000 millones de dólares (con una circulación total de USD de unos 2,5 billones), la capitalización de Bitcoin supera los 2,2 billones (frente a los 27 billones del oro), y el volumen diario de operaciones al contado y de derivados en Binance alcanza los 100 000 millones (frente a los 500 000 millones de Nasdaq). El camino de las criptomonedas está claro: deben convertirse en la corriente principal.
Las stablecoins están reemplazando progresivamente los sistemas tradicionales de las monedas fiduciarias. Los exchanges cripto ganan terreno frente a plataformas clásicas como Nasdaq. Bitcoin se consolida como nuevo referente global de valor tras el oro. Las blockchains públicas como Ethereum trabajan para sustituir SWIFT y crear nuevas redes internacionales de valor. En divisas, valores, oro, comercio internacional y pagos, las criptomonedas están transformando toda la estructura financiera.
Durante este proceso, el sector cripto evoluciona constantemente.
Las stablecoins avanzan hacia modelos “descentralizados”, con proyectos como Ethena siguiendo los pasos de USDT y USDC. Los exchanges cripto evolucionan hacia plataformas “descentralizadas”, con Uniswap, Phantom y Hyperliquid surgiendo junto a gigantes como Binance y Coinbase. La capitalización de mercado de Bitcoin representa aproximadamente una décima parte de la capitalización del oro, y cada vez más países emplean Ethereum como red de liquidación internacional.
Cada avance en cada sector representa tecnología transformando el mundo real.
Internet revolucionó en su día el sistema financiero global. Ahora, blockchain está impulsando una segunda transformación, más profunda.
El sector cripto deja atrás los márgenes, se integra con los sistemas financieros convencionales e incluso está preparado para superarlos. Sus avances ya representan una décima parte del mercado tradicional en varios sectores.
Por ejemplo, las stablecoins en dólares estadounidenses ya suponen aproximadamente una décima parte de los dólares en circulación (240 000 millones frente a 2,4 billones). La capitalización de Bitcoin equivale a una décima parte de la del oro (2,2 billones frente a 27 billones). El volumen diario al contado en Binance es una décima parte del de Nasdaq (30 000 millones frente a 500 000 millones), y sumando derivados, Binance mueve unos 100 000 millones al día.
En sus orígenes, Nasdaq se parecía mucho a lo que son hoy Binance y otros exchanges cripto: un refugio de acciones de baja calidad.
Nasdaq no nació como mercado de valores de referencia como la NYSE. Al principio, se centraba en acciones pequeñas, tecnológicas y no cotizadas, ofreciendo precios claros y casación electrónica de órdenes. Por aquel entonces, la NYSE seguía funcionando con gritos y un parqué tradicional.
Los primeros años de Nasdaq no fueron brillantes. En los setenta y ochenta, abundaban las estafas y el mercado estaba lleno de acciones de baja calidad y manipuladas, muy similar al mercado “pink sheet” que muestra El lobo de Wall Street.
El personaje de Jordan Belfort, interpretado por Leonardo DiCaprio, era directivo de ventas en esa época caótica, experto en vender acciones de baja calidad. Solía promocionar títulos “pink sheet” como la ficticia “Aerotyne International”, una empresa inexistente. Su discurso era:
“Señor, tengo una empresa que desarrolla tecnología aeroespacial revolucionaria.
Entre los inversores hay personal de Boeing, la NASA está pendiente.
No querrá perderse esta oportunidad, ¿verdad?”

Muchos inversores de Nasdaq compraban este tipo de valores “pink sheet”, de manera similar a como actualmente algunos promotores del sector cripto publicitan:
“Señor, este es un token revolucionario del protocolo x402.
Empresas como Google y Visa están atentas, incluso Coinbase está involucrada.
No querrá perderse esta oportunidad, ¿verdad?”
Pero la realidad es que la mayoría de tokens no tienen empresas detrás.
No fue hasta finales de los ochenta y el boom tecnológico de los noventa, con la salida a bolsa de Microsoft, Apple e Intel, cuando Nasdaq se convirtió en un mercado principal y ganó relevancia.
En 2004, el volumen medio diario de Nasdaq igualó al de NYSE. Desde su fundación en 1971, el debut de Apple en 1980, hasta superar a NYSE en 2004, el ascenso de Nasdaq llevó 33 años.
Durante ese recorrido, Nasdaq perdió el rumbo en ocasiones, pero terminó apostando por el auge de Apple, Microsoft, Intel, NVIDIA y otras grandes tecnológicas, consolidándose como el principal mercado de capitales actual.
La historia de Nasdaq deja una lección para el sector cripto: céntrate en las ventajas únicas del mercado cripto (lanzamientos justos, acceso a liquidez global, distribuciones gratuitas (airdrops) para usuarios pioneros), igual que Nasdaq innovó con precios claros y casación electrónica de órdenes. No temas el caos inicial: Nasdaq estuvo dominada por acciones de baja calidad, igual que el sector cripto lo está por tokens especulativos y tokens meme.
El futuro del sector cripto depende de compañías que generen impacto real. Igual que Nasdaq se apoyó en Apple, Microsoft, Intel y NVIDIA, el mercado cripto dependerá de Tether, Ethereum, Polymarket, Hyperliquid, Farcaster, Chainlink y otras. Casi todas las altcoins y tokens meme quedarán en el olvido.
El volumen diario de Nasdaq alcanza cientos de miles de millones, mientras que Binance, el mayor exchange cripto, ya mueve decenas de miles de millones cada día. Desde el punto de vista del volumen, no es nada descabellado que los exchanges cripto superen a Nasdaq y se conviertan en el mayor mercado de capitales mundial.
Lo que convierte a un mercado de trading en legendario es la capacidad de reunir a los mayores innovadores tecnológicos del mundo. No se trata sólo de flujos de capital, sino de impulsar el avance tecnológico, fomentar la productividad y canalizar la inversión global.
El volumen diario de Binance ya equivale a una décima parte del de Nasdaq. Las stablecoins en dólares estadounidenses suponen una décima parte de los dólares en circulación. La capitalización de Bitcoin se acerca a una décima parte de la del oro… El siguiente paso del sector cripto es claro: debe convertirse en la corriente principal.
Recuerda que Nasdaq empezó como un mercado menor y Apple pasó sus primeras dos décadas enfocada en aficionados. Nadie pensaba que estos pioneros serían los gigantes que son hoy.
Apple nació en 1980, pero no fue hasta la revolución de internet, veinte años después, cuando empezó la verdadera ola. Nasdaq superó a NYSE en 2004, consolidándose como el principal mercado de capitales y entrando de lleno en la corriente principal.

Sin empresas de tecnología de infraestructura como Apple y Microsoft, el auge de internet y de la inteligencia artificial nunca habría ocurrido. Igualmente, actores clave como Ethereum, Tether, Solana, Binance y Hyperliquid aún necesitan tiempo para madurar. Solo cuando lo consigan llegará la auténtica revolución Web3, impulsando productos de adopción masiva como Amazon, Facebook y TikTok.
Internet es un ecosistema enorme: abarca no solo empresas tecnológicas y financieras, sino también compañías de tecnología de infraestructura y mercados de capitales avanzados como Nasdaq. Su impacto llega a todos los sectores productivos. El sector cripto tiene esa misma amplitud: afecta a compañías cripto, protocolos y organizaciones clave, y mercados de capitales como Hyperliquid y Binance. Al final, creará nuevas empresas basadas en aplicaciones y tendrá un impacto real en los sectores tradicionales.
La tecnología es la herramienta definitiva para mejorar la vida humana. El futuro del sector cripto está destinado a estar profundamente ligado a la tecnología, pudiendo convertirse en el vehículo y símbolo de la nueva generación de innovación.





