El 9 de diciembre de 2025, el Gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong anunció, mediante su boletín oficial, el lanzamiento de una consulta pública sobre la adopción del Crypto-Asset Reporting Framework (CARF) y la modificación del Common Reporting Standard (CRS). El objetivo es iniciar el intercambio automático de información fiscal sobre transacciones con criptoactivos con jurisdicciones asociadas en 2028 y aplicar las normas CRS revisadas a partir de 2029. Aunque Hong Kong aún no ha firmado el CARF Multilateral Competent Authority Agreement (MCAA), ha definido de forma proactiva un calendario local de implementación. Esto evidencia el enfoque de Hong Kong para equilibrar la alineación internacional, la autonomía regulatoria y la estabilidad del mercado. Aprovechando esta consulta pública como punto de partida, el artículo revisa de forma concisa el marco CARF, presenta el sistema actual de intercambio de información fiscal de Hong Kong, recorre la evolución regulatoria de los criptoactivos y analiza el impacto potencial de la implementación de CARF en los distintos participantes del mercado local. El propósito es ofrecer recomendaciones prácticas de cumplimiento para profesionales del sector e inversores.
El Crypto-Asset Reporting Framework (CARF) es un estándar internacional para el intercambio automático de información fiscal sobre criptoactivos, desarrollado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). CARF establece exigencias para la divulgación de información fiscal transfronteriza relacionada con criptoactivos. Según CARF, los Reporting Crypto-Asset Service Providers (RCASP) deben recopilar información fiscal relevante de clientes y transacciones, reportarla a las autoridades fiscales locales y facilitar el intercambio automático internacional de información entre autoridades tributarias. Aunque CARF opera de manera similar al CRS en las finanzas tradicionales, se centra específicamente en la compraventa, intercambio, custodia y transferencia de criptoactivos. El marco busca reducir la capacidad de los contribuyentes para ocultar ingresos o activos sujetos a impuestos en entornos descentralizados y mejorar la transparencia fiscal de los criptoactivos. A medida que CARF se adopte globalmente, se espera que las divulgaciones de transacciones con criptoactivos alcancen los estándares de las finanzas tradicionales, clarificando el camino hacia la transparencia fiscal de los activos digitales.
El sistema internacional de intercambio de información fiscal vigente en Hong Kong se fundamenta principalmente en el sector financiero tradicional. Hong Kong fue uno de los primeros y más completos adoptantes de los estándares de transparencia fiscal de la OCDE. Ya en 2014, el gobierno se comprometió con el Automatic Exchange of Financial Account Information (AEOI) de la OCDE y modificó la Inland Revenue Ordinance en 2016 para establecer el marco legal de apoyo. Bajo el CRS, las instituciones financieras locales con obligación de reporte (bancos, custodios, entidades de inversión) deben identificar la residencia fiscal de los titulares de cuentas y sus personas de control, reportar las cuentas de no residentes calificadas al Inland Revenue Department (IRD) de Hong Kong y facilitar el intercambio automático de información con jurisdicciones asociadas. En la práctica, Hong Kong inició su primer intercambio automático de datos fiscales de cuentas financieras con jurisdicciones asociadas iniciales (como Japón y Reino Unido) en 2018. Desde entonces, el número de “jurisdicciones reportables” incluidas en los anexos de la Inland Revenue Ordinance ha pasado de 75 en 2018 a más de 120 en 2020.
Además del CRS, Hong Kong ha participado activamente en otras modalidades de intercambio internacional de información fiscal. En noviembre de 2014, Hong Kong y Estados Unidos firmaron el Intergovernmental Agreement para implementar la Foreign Account Tax Compliance Act (FATCA IGA). Según este acuerdo y el Foreign Financial Institution (FFI) Agreement, desde 2015, las instituciones financieras de Hong Kong elegibles deben identificar sus cuentas estadounidenses y, con el consentimiento del titular, reportar saldos, intereses, dividendos y otros datos relevantes anualmente al Internal Revenue Service (IRS) de EE. UU. Al adherirse al Convention on Mutual Administrative Assistance in Tax Matters (MAC) y firmar el CRS Multilateral Competent Authority Agreement (CRS-MCAA), Hong Kong estableció un marco para el intercambio multilateral de información de cuentas financieras bajo el CRS con jurisdicciones asociadas.
Hong Kong ha construido una sólida base técnica e institucional para el intercambio de información de cuentas financieras tradicionales. En este contexto, la introducción de CARF supone una extensión y adaptación del modelo de intercambio de información CRS/FATCA al sector de criptoactivos. El artículo profundiza en la evolución de la regulación de criptoactivos en Hong Kong y su interacción con el ecosistema fiscal de la industria financiera tradicional.
Hong Kong ha reforzado de forma continua su marco regulatorio para criptoactivos, buscando equilibrar la innovación de mercado y la gestión de riesgos.
Desde 2018, la Securities and Futures Commission (SFC) ha publicado declaraciones y directrices regulatorias para establecer progresivamente un marco de supervisión de activos virtuales. En 2019, introdujo un régimen “sandbox” para plataformas de negociación de activos virtuales dirigidas a inversores profesionales y, en 2023, modificó la Anti-Money Laundering Ordinance (AMLO) para establecer formalmente un régimen legal de licencias para plataformas de negociación de activos virtuales. En 2024, Hong Kong aprobó los primeros ETFs spot de activos virtuales en Asia y otros productos institucionales, con el objetivo de trasladar la protección al inversor y la gestión de riesgos de las finanzas tradicionales al ecosistema de activos virtuales. Esta fase regulatoria se ha centrado en el control de riesgos en actividades con criptoactivos y aún no cubre el espectro completo de escenarios de negociación.
Con el crecimiento del mercado y el aumento de la participación de inversores, Hong Kong modificó la AMLO en 2022 y, desde junio de 2023, implementó formalmente un régimen de licencias para Virtual Asset Service Providers (VASPs). La SFC supervisa las entidades licenciadas que operan negocios de Virtual Asset Trading Platform (VATP). Este régimen exige que todas las plataformas que operan en Hong Kong como intermediarios de transacciones de activos virtuales (servicios de custodia, operación de mercado, custodia de activos) obtengan licencia de la SFC. Las plataformas licenciadas deben cumplir requisitos similares a los de los servicios de valores: segregación de activos de clientes, suficiencia de capital, seguridad de la plataforma, cumplimiento normativo y auditoría. El régimen cubre actualmente solo plataformas electrónicas y actividades que impliquen activos de clientes, excluyendo tiendas físicas y escenarios over-the-counter (OTC).
Para abordar lagunas regulatorias, entre febrero y abril de 2024, la Financial Services and the Treasury Bureau (FSTB) lanzó la primera consulta pública sobre licencias para servicios de negociación OTC de activos virtuales, con el objetivo de regular por primera vez la actividad OTC física. La consulta abarca el intercambio spot entre activos virtuales y monedas fiduciarias, así como servicios de remesas relacionadas (BTC, USDT a HKD o USD). En junio de 2025, las autoridades publicaron una segunda ronda de propuestas legislativas, consolidando un marco unificado de licencias y regulación para proveedores de servicios de activos virtuales. Todas las entidades que ofrezcan servicios de negociación o custodia de activos virtuales en Hong Kong, sin importar formato o canal, deberán solicitar licencia o registrarse ante la SFC. Los bancos y proveedores de stored value facility que participen en actividades con activos virtuales serán regulados por la Hong Kong Monetary Authority (HKMA). Los emisores de stablecoins que operen solo en el mercado primario y sean aprobados por la HKMA podrán recibir exenciones. En febrero de 2025, la SFC publicó la hoja de ruta regulatoria “A‑S‑P‑I‑Re”, que articula cinco pilares (Access, Safeguard, Product, Infrastructure, Reconnection) para fortalecer el ecosistema regulatorio de activos virtuales en Hong Kong.
Hong Kong avanza desde programas piloto limitados hacia una regulación integral y de cadena completa en criptoactivos, con un marco regulatorio cada vez más robusto.
Con base en el marco CARF y las tendencias regulatorias de Hong Kong, el artículo analiza los posibles efectos de su implementación desde la perspectiva de cuatro tipos de participantes: plataformas de negociación de criptoactivos, inversores individuales, custodios y intermediarios financieros tradicionales.
Si CARF se legisla en Hong Kong, las plataformas de negociación de criptoactivos licenciadas y otros proveedores de servicios calificados podrían ser clasificados como RCASP. Estas plataformas deberán realizar la debida diligencia fiscal sobre los clientes, verificar la residencia fiscal y recopilar y reportar información de cuentas y transacciones según los requisitos CARF. En la práctica, podrían requerir la actualización de procedimientos KYC, nuevos campos de datos y mejoras en los sistemas internos para generar informes conformes. Cumplir con las obligaciones de reporte puede aumentar los costes de cumplimiento y la carga operativa, pero también permitirá fortalecer la selección de clientes y los controles internos, optimizando el entorno de negociación.
Los inversores individuales serán probablemente los más directamente afectados por la implementación de CARF. Si el inversor es residente fiscal en Hong Kong, las transacciones cripto (compra, venta, intercambio, pagos) realizadas en plataformas locales dejarán de ser solo registros internos y podrán ser intercambiadas automáticamente por el IRD de Hong Kong con autoridades fiscales extranjeras. Para los no residentes fiscales en Hong Kong, las transacciones realizadas a través de RCASP locales también podrán ser reportadas a sus autoridades fiscales de origen. En definitiva, será cada vez más difícil para los inversores utilizar la descentralización o el anonimato para evadir impuestos en transacciones cripto.
El impacto de CARF en los custodios de criptoactivos dependerá de su actividad y alcance. Si el custodio ofrece solo custodia pura (almacenamiento en cold wallet, reporte de custodia) y no facilita directamente la negociación de clientes, podría ser tratado como “institución financiera custodial”, con reporte principalmente bajo CRS. Si también ofrece servicios de negociación o intercambio (plataformas integradas de custodia e intercambio), podría quedar bajo la definición de RCASP y estar obligado a cumplir obligaciones de reporte CARF similares a las de las plataformas de negociación, incluyendo la debida diligencia fiscal y mecanismos de reporte de datos.
Aunque CARF se dirige principalmente a los RCASP, el ecosistema de cumplimiento en las finanzas tradicionales también podría verse afectado. Los bancos, por ejemplo, podrían tener que evaluar de forma más sistemática si los clientes transfieren grandes sumas mediante transacciones cripto durante revisiones AML o KYC. Los intermediarios financieros que ofrecen servicios de gestión patrimonial o family office deberán incluir los criptoactivos en la planificación fiscal global.
Como se ha expuesto, la implementación de CARF podría tener un impacto significativo en los participantes del mercado. Se recomiendan las siguientes estrategias de respuesta:
Para las plataformas de negociación de criptoactivos, conviene analizar previamente si su actividad se ajusta a la definición de RCASP. Si es así, deben reforzar la debida diligencia de clientes, actualizar los formularios de información y establecer mecanismos sistemáticos de recopilación y reporte de datos. Operativamente, pueden tomar como referencia los modelos de cumplimiento FATCA/CRS existentes, adquirir o desarrollar herramientas de reporte compatibles con el CARF XML Schema y formar al personal de manera especializada. Es fundamental seguir de cerca los detalles de implementación y estándares técnicos del IRD de Hong Kong, mantener comunicación con los reguladores durante la consulta legislativa y adaptar los procesos a las nuevas normas con antelación.
Para los inversores individuales, es esencial organizar de forma sistemática los registros de transacciones cripto, conservar todos los flujos, documentación de costes y recibos de comisiones, y asegurar la coherencia y exhaustividad para la declaración fiscal. Si poseen cuentas cripto en Hong Kong u otras jurisdicciones, deben planificar la residencia fiscal multijurisdiccional y el posible intercambio transfronterizo de información, minimizando riesgos de cumplimiento por discrepancias entre sistemas de reporte. Al elegir plataformas de negociación, es preferible optar por plataformas licenciadas o reguladas para garantizar la calidad de los datos y el cumplimiento de las obligaciones de reporte. En general, los inversores deben aumentar la conciencia sobre residencia fiscal, obligaciones de reporte y reglas de intercambio de información, y buscar asesoría fiscal profesional cuando sea necesario.
Para los custodios cripto, si su actividad incluye negociación, intercambio o matching, deben establecer canales de retención y reporte de datos lo antes posible. Incluso si solo ofrecen servicios de custodia, deben evaluar sus obligaciones de reporte bajo CARF y CRS, mantener separadas las líneas de negocio y reforzar los controles internos.
En síntesis, la adopción de CARF por parte de Hong Kong y la actualización simultánea del CRS representan una mejora institucional alineada con la tendencia global de transparencia fiscal y una extensión natural de la regulación sobre criptoactivos. Con los sistemas CRS, FATCA y los marcos de licencias para criptoactivos ya implantados, Hong Kong está preparado técnica e institucionalmente para implementar CARF. Se espera que CARF refuerce la transparencia fiscal en el mercado cripto de Hong Kong, impactando a plataformas de negociación, custodios, inversores individuales e intermediarios financieros tradicionales. A medida que CARF avance, todos los actores deben prepararse según su rol. Con la clarificación de los detalles legislativos y técnicos, el sistema regulatorio de activos virtuales de Hong Kong está listo para entrar en una fase de desarrollo más sistemática y robusta.
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